domingo, 17 de marzo de 2024

Apuntes sobre los Guzmán de Buenache de Alarcón

Uno de los linajes del que no hemos profundizado excesivamente un análisis sobre su historia en la localidad de Buenache de Alarcón, es la casa de los Guzmán. Sin lugar a duda, un apellido importante donde los haya dentro del ámbito nobiliario, pero que en este municipio, las partidas parroquiales no reseñan de forma distintiva, cosa que como veremos no es argumento para que este carezca de interés, pues sobre el mismo se pueden extraer diversas conclusiones que aquí pasamos a comentar.

Como ya se planteó en nuestro estudio "Historia y linajes de Buenache de Alarcón" (2021), creemos que muy probablemente la casa de los Guzmán afincados en esta localidad, poco tendría que ver con la famosa familia de la ciudad de Cuenca, y que en aquel momento se estaba proyectando como una de las más destacadas.

Esto evidentemente no quitará interés para que los portadores de este apellido en Buenache hicieran alarde del mismo, revindicando una nobleza, que salta a la vista por toda la documentación que hemos consultado sobre el lugar, que escaso peso tuvo que tener más allá de este pueblo, y eso que durante el siglo XVI, creemos que la familia tendría una relación estrecha con la casa de los señores del municipio.

Sabemos que los orígenes de los Guzmán en Buenache de Alarcón se remontan como mínimo hasta los libros más antiguos de su antiguo archivo parroquial. Y esto quiere decir la primera mitad del siglo XVI. Reflejándose sus matrimonios en décadas posteriores, cuando comienzan a plasmarse por escrito bodas de Guzmanes en la iglesia parroquial del pueblo, tal y como apreciamos en el año 1576 (vol. I, fol 11), entre Andrés Carrasco, hijo de Andrés Carrasco y Catalina Saez, con María de Guzmán, ésta hija de Rodrigo de Guzmán y Andrea de Valera.

Tengamos en cuenta que los Guzmán revindicaban ser hidalgos. Cuestión que se recoge en un padrón de vecinos que se invoca en un documento de 1630 (AHN, 1661). Todo ello, y como decimos, a pesar de que la documentación que hemos trabajado no nos hiciera intuir en ningún momento tal posibilidad.

Cabe decir que esta referencia procede de un conjunto de manuscritos trasladados en la información genealógica de Pedro del Castillo y Reyllo, y que se puede consultar en un expediente del Archivo Histórico Nacional (AHN, 1661). Entre este legajo leeremos los nombres de algunos miembros de la familia que aparecen declarando como testigos, siendo el caso de Pedro Saiz de Guzmán, albañil de 60 años, quien informará de que su abuela se llamaba Catalina de Guzmán, así como que su tío-abuelo era Juan Guzmán. Esta Catalina tuvo por hijo a Alonso Saiz de Guzmán, padre a la vez del referido Pedro Saiz Guzmán que estaba detallando la información que conocía sobre un Castillo-Reyllo.

El caso de que se revindicarse una nobleza en esta línea de los Guzmán no debe sorprendernos, especialmente cuando estamos hablando de un albañil o un labrador. Y es que resulta necesario romper con la concepción tradicional, extraída de tratados y muchos relatos repletos de mitos, en los que como veremos, era más normal de lo que nos pensamos, encontrar referencias sobre hidalgos que estaban catalogados como jornaleros, que contaban con pocos recursos o ejercían cualquier tipo de oficio mecánico. Al respecto, otra familiar perteneciente a este linaje, era María de Guzmán, una mujer por aquel entonces tenía 70 años, y figura como esposa de Julián Martínez Abad, además de hija de Juan Guzmán (quien se dice que llegó casi a vivir 100 años). Su tía era Ana de Guzmán, esta esposa de Pedro Saiz.

Escudo de los Guzmán (RAH, 9-266)

Nos interesa la figura de María, por una referencia trasladada en el mismo documento del Archivo Histórico Nacional, en la que de modo indirecto, se ensalza la importancia de su linaje familiar, cuando esta, tras mantener una conversación con Miguel López de Cisneros, y que se transcribe en las pruebas del expediente genealógico de Pedro del Castillo, indica lo siguiente:

estando los dos en la huerta (María y Miguel), le dijo a esta el dicho Miguel López, que hay Jimena, o Guzmana, no se la cual apellido de los dos te llame, solo que ambos son buenos, y estos hinchados de Pedro del Castillo se firman Ximénez, y aunque son buenos por este apellido, no son de los nuestros, y esta testigo, le dijo al dicho Miguel López que callase y no se metiere en estas cosas” (AHN, 1661, fol. 153).

Por lo que se refiere a datos genealógicos de la familia Guzmán en el siglo XVI, podemos añadir que en Buenache veremos nombres que remontan la presencia de esta casa, al menos ya en las primeras décadas del siglo XVI. Así pues, por un lado estará Alonso de Guzmán, esposo de Elvira Pérez, quien en 1538 ya tuvo por hijo a Diego, además de una niña llamada Ana. Al mismo tiempo nos encontraríamos con la línea de Rodrigo de Guzmán, quien había casado con Andrea de Valera, dejando varias ramas descendientes con algunos vástagos.

La relación de los Guzmán con los señores de Buenache de Alarcón no sería mala, cuando en 1549 tras bautizarse a María, esta tuvo entre sus padrinos a don Juan de Alarcón Pacheco y doña Petronila (ADC, fol. 158). Ahora bien, de lo que nos indica el papel o puede hacer presuponer la heráldica, hay mucho que aclarar. Y es que en Buenache, veremos gente portando el apellido Cisneros y revindicando su nobleza, pero nunca llegando a poder concretar su vínculo con la casa que por aquellas fechas era una de las familias influyentes del país. Algo todavía más palpable se aprecia en otros apellidos, como sucede con el de los Mendoza, donde ni tan siquiera apreciamos un atisbo que nos haga intuir que esa familia, tuviera algo que ver con alguna de las líneas genealógicas (por muy segundona que fuese), del círculo de los que había en la capital conquense. Del mismo modo, veremos apellidos con un nombre importante, como es el caso de los Luna, señalados en la documentación como conversos o cristianos nuevos.

Entendemos por ello, y a modo de hipótesis por el momento, que el caso de los Guzmán bonacheros, es otro más que se inserta en esa línea de un nombre aparentemente importante, pero que socialmente no llega a despuntar, hasta el punto de que a lo largo de varios siglos de historia, jamás ningún descendiente intentará revindicar su estatus social, más allá de menciones sueltas que sacaremos de documentos sobre los que habrían de efectuarse muchos matices.

A nuestro juicio, la cercanía y trato estrecho con el señor del lugar ya desde la primera mitad del siglo XVI, así como el hecho de que la familia hubiese podido prosperar, eran argumentos suficientes como para poder incluir en la genealogía de aquella gente, un discurso que alzara su figura, al margen de que este no tuviese una consideración más allá de la reducida escala geográfica en la que se movían sus integrantes.

David Gómez de Mora


Fuentes documentales:

*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro I de bautismos de Buenache de Alarcón (1513-1561)

*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro I de matrimonios de Buenache de Alarcón (1571-1606), Sig. 24/27

*Archivo Histórico Nacional. Informaciones genealógicas de Pedro del Castillo Reyllo y de María Saiz Chicano. Inquisición, 1551, expediente 6. Año 1661

*Real Academia de la Historia. Signatura 9-266

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).