Son
bastante conocidas algunas de las líneas de este apellido y que ya hemos visto
por diferentes puntos de la comarca (incluso alcanzado el reconocimiento de
hidalgos), pero que debido a su frecuencia y diversidad de casas, nos resultan
casi imposible de poder relacionar.
Es
precisamente este fenómeno el que se presencia en Buenache de Alarcón, donde
existen varias líneas, y entre las que no siempre se evidencia un nexo
parental, incluso por muy remoto que podríamos pensar que este fuese.
Partiendo
de este dato, hemos estudiado algunas de las mismas, y en un primer sondeo,
vemos como hay dos líneas del apellido Gómez dignas de mención, por la posición
a nivel local que alcanzaron algunos de sus presentantes.
De
ahí que en el presente artículo nuestro interés se centrará básicamente en las
casas que aquí hemos bautizado con el nombre de los Gómez (de Martín), así como
la de los Gómez de Cañizares, y cuyas raíces nos conducen hasta la cercana
localidad de Honrubia.
Siguiendo
este orden, bastante popular fue la línea de Martín Gómez. Parece ser que este
personaje y que casaría antes de mediados del siglo XVI con una tal Elvira
Martínez, sería un hombre con recurso, muy probablemente un rico labrador, del
que incluso sabemos el nombre de su padre, Pedro Gómez (y que ya representaría
las generaciones de inicios del siglo XVI, y sobre el que no tenemos ningún
dato acerca de si fue el primero en llegar a Buenache, o procedía de otra familia
del mismo apellido afincada en la localidad). Fuese de cualquiera de las
maneras, Martín dejó una nutrida descendencia, que vemos como mínimo manifestada
en una decena de hijos, y que mayoritariamente escogerán el apellido paterno:
Martín Gómez, Quiteria Gómez, Ana Gómez, Ana Gómez, María Gómez, Juana Gómez,
Juan Gómez y Pedro Gómez, así como otros dos hermanos que adoptarán el apellido
materno, curiosamente los clérigos Quílez Martínez y Julián Martínez.
¿Qué
sabemos acerca de ellos?, parece ser que uno de los vástagos de Martín será el
encargado de extender la historia del apellido. Se trata de Pedro Gómez, quién falleció
en 1600 y casó con Benita López, dejando entre su descendencia a Quiteria
Gómez, Isabel Gómez, Martín Gómez (marido de Ana Saiz de Piqueras, ella procedente de
ricos labradores), así como Julián Gómez, casado en 1584 con otra Gómez
(Elvira), y que descendía de los García-de Cañaveras.
Pero
si hay alguien que nos aporta datos genealógicos de notable interés, ese fue el
clérigo Quílez Martínez, fallecido en 1597, con la redacción de uno de los
testamentos más voluminosos de los libros de defunciones que hemos leído a lo
largo de la historia de la parroquia (pues ocupa un total de cinco hojas).
Sabemos que su familia poseía una sepultura propia en la iglesia, y que es en
la que este mandó ser enterrado, y donde ya se hallaba su padre Martín y Julián
Martínez (el otro hermano clérigo). Quílez dejó bastantes misas pagadas, que
iban más allá de Buenache, y que también se pronunciaron en las localidades de
San Clemente, Valverde y Valera de Abajo. Éste dejó además una memoria
perpetua, así como efectúo diversas donaciones al hospital de Buenache, junto
al Cabildo del Santísimo Sacramento.
Genealogía de los Gómez de
Cañizares. Apuntes genealógicos (elaboración propia)
Como
decimos, esta línea gozó de cierto protagonismo en el municipio, aunque no
sería la única y bajo el mismo apellido, puesto que desde Honrubia, a
principios del siglo XVII, dos hermanos se asentaron en la localidad, donde
dejaron una rica descendencia que supo entablar matrimonios con determinadas
familias de la pequeña burguesía agraria local. Se trataba de Alonso de
Cañizares, vecino de Honrubia, e hijo de Bartolomé Gómez y Catalina Martínez
(procedentes del mismo lugar). Alonso de Cañizares casó con María Gómez, y
entre sus descendientes conocemos a su hija María Gómez, mujer de Alonso de
Villora. Lo cierto es que la nueva generación de Buenache, ya dejó de emplear
el apellido Cañizares, y que podría venir de algún abuelo del primer allegado a
Buenache. Desconocemos el motivo, así como si guardaba relación con la
histórica familia de los Cañizares, y que tan bien considerada se hallaba entre
el núcleo de la nobleza conquense. Alonso de Villora y María Gómez tuvieron más
de un hijo, siendo una de ellas María Gómez (casada en primeras nupcias con Tomás
Ramírez de Buenache), con quien dejó varios descendientes.
Obviamente
la política de planificación matrimonial de estos Gómez no fue casual, pues el
referido Tomás, era hijo de Lucía Montero de la Orden, hermana del segundo
marido de la hermana del abuelo materno de su esposa, la señora María Gómez de
Cañizares, hermana como decimos de Alonso de Cañizares, y que antes de casar
con Antón García de Villora y Montero en 1601, ya lo hizo con un tal Marco
Martínez. Esta María falleció en 1627, y compró una sepultura junto a la pila
bautismal de la Iglesia de San Pedro, entre sus mandas, aparece la indicación
que han de realizar en las ofrendes cada seis meses tanto su sobrina, como la
hija de ésta última. A ello añade la creación de una memoria perpetua adjunta a
un patronazgo de bienes con viña y bodega. Además, de regalar una viña de 400
cepas a las hijas de su sobrina.
Pensamos
que familias como éstas, son tremendamente importantes para conocer como se ha
ido trazando la evolución de los grupos de poder en enclaves locales de la zona
de la Manchuela, pues alguno de sus representantes, amasaron cierto
protagonismo, que en su día los convirtió en gentes que hoy son dignas de
estudio. Valgan pues estas modestas notas, como una pequeña aportación que
intente ayudarnos a comprender mucho mejor tal propósito.
David Gómez de Mora
Bibliografía:
Archivo Diocesano de Cuenca. Volúmenes
parroquiales de Buenache de Alarcón: libro I de matrimonios (1571-1606), Sig. 24/27, P. 575; libro II de
matrimonios (1606-1651), Sig. 24/28, P. 576; libro III de matrimonios
(1651-1678), Sig. 24/29, P.577; libro I de defunciones (1571-1592), Sig. 24/37,
P. 585; libro II de defunciones (1593-1629), Sig. 24/38, P. 586 y libro III de
defunciones (1629-1693), Sig. 24/39, P. 587