* Agradecimientos a Guillermo Fernández Rabadán
por la referencia documental de la ejecutoria de hidalguía y a Ignacio de la
Rosa Ferrer por su ayuda en materia paleográfica.
Corrían los primeros años del siglo XVI, cuando
en la localidad de Buenache de Alarcón aparecieron dos vascos procedentes de
Torrejón de Velasco (Madrid), se trataba de Juan de Urreta de Lezcano y su
padre de mismo nombre.
No sabemos a ciencia cierta que pudo traerlos
hasta aquí. Se trataba de un flujo migratorio que por cuestiones de índole
económica se convirtió en una constante especialmente durante aquella centuria.
Sólo sabemos que los Lezcano (también denominados como Lizcano y Lazcano en las
diferentes partidas parroquiales), estrecharon lazos con el Señor de Buenache
de Alarcón, fenómeno que se desprende de las diferentes referencias que
interpretamos a partir del primer tomo de bautismos de esta localidad.
Ignoramos si la llegada de los Urreta debía
explicarse por la destreza que como canteros u otros oficios de tipo mecánico
poseían, pues siempre se ha destacado la habilidad con la que venían preparados
en esta materia las gentes procedentes del norte, y que tanto valoraban los
miembros de la nobleza cuando habían de adecuar o construir sus viviendas, así
como los representantes del ámbito eclesiástico en el momento de trabajar tanto
por fuera como por dentro sus templos. Al respecto tenemos referencias de
finales de la segunda mitad del siglo XVI del primer Lizcano que hay en
Piqueras, se trataba de Antón de Lizcano, y cuyo oficio era precisamente el de
ebanista.
Fuese de cualquiera de las maneras, bien como
artesanos u hombres de armas, creemos que Juan de Urreta de Lezcano pudo estar
sirviendo al Señor de Buenache. Recordemos que por aquellas fechas los Alarcón
dominaban el Señorío de este lugar desde teóricamente finales del siglo XIV,
pues fueron sus primeros propietarios. Algo parecido sucedía en la vecina
localidad de Piqueras del Castillo, donde Garci Ruiz de Alarcón, III Señor del
lugar, había conseguido su propiedad tras celebrar sus esponsales con Guiomar
de Valencia, fusionando así en una misma línea el Señorío de Albaladejo que le
caía por su padre, junto con el de su esposa, y que le venía por su suegro Don
Juan de Valencia.
En aquel espacio geográfico dominado por los
Alarcón, parece que los Lizcano se sentirían a gusto, de modo que en cuestión
de escaso tiempo, supieron medrar y mejorar su estatus social. Sólo hemos de
ver como en 1522 Juan de Urreta de Lezcano se encuentra en Buenache como un
vecino más que está registrado en el padrón de pecheros, para que décadas
después éste consiguiera reconocida su entrada como miembro del estado noble.
Urreta baserria. Baserri de los Urreta, ubicado
en las afueras Albiztur, tal y como se menciona en la ejecutoria de Juan de
Urreta de Lezcano. Fotografía de Zesar, en:
es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/tolosatik-albizturrera-mendibideak-arakatzen-13617510/photo-8423736
Juan presentó sus probanzas en 1553, hasta que
finalmente la sentencia de hidalguía se le reconocería en 1564. Desde el primer
momento en su familia eran conscientes de los apellidos que portaban, pues
sabían que debían de tirar de los que le otorgaban cierta solera, a pesar de
recaer por la línea de mujer. Estos eran los que Juan tenía de su madre por la
línea de los Lezcano, así como el de los Urreta a través de su bisabuela
paterna.
Apellidos que siguiendo la costumbre del norte,
pesaban tanto o más como los que le venían por la línea de varón. No obstante,
poco o nada había que objetar, si tenemos en cuenta que ambos eran en realidad
los que daban la seña nobiliaria al linaje, ya que llevaban aparejada la
hidalguía universal que tanto vizcaínos, como en su caso guipuzcoanos, les permitía
adquirir aquel privilegio.
Así lo supo ver tanto él, como sus hijos y
nietos, quienes irían intercalándolos, dándole con el tiempo preferencia al de
Lizcano, el cual mutará en ocasiones la vocal de su primera sílaba, bien por
una “e”, así como por una “a”.
Del matrimonio entre Juan y Luisa Ximénez
nacerían varios hijos que hemos documentado por el tomo primero de bautismos de
Buenache, se tratará de Juan, Martín y Pedro. Éste último, casará con Catalina
de Moya en 1560, y de dicho matrimonio surgirán más de media docena de hijos,
desde donde se extenderá el adn de la familia por la localidad durante siglos y
siglos a través de un conjunto de líneas genealógicas muy precisas.
Por aquellas fechas, los Lizcano ya habían
emparentado con familias bien asentadas, y esto lo veremos tanto en el caso de
Piqueras, donde entrado el siglo XVII estarán ocupando alcaldías, regidurías y
cargos de responsabilidad, así como notablemente en Buenache, donde eran
miembros del estado noble.
Ahora bien, ¿Cuál era el origen que señala su
ejecutoria de hidalguía?, ciertamente antes de llegar hasta Euskadi, habría que
hacer un alto en las tierras de Madrid, concretamente en Torrejón de Velasco,
donde la familia estuvo asentada previamente, lo que les permitió dejar una
variada descendencia.
Fotografía aérea de Albiztur (Guipuzkoa). En: lurrakstudio.com/gallery/picture.php?/19883/categories
El padre del hidalgo bonachero, era Juan de
Urreta, y éste había casado con Juana de Lezcano. Desconocemos si vino ya con
su esposa desde las tierras del norte, pues su padre, Machín de Urreta, marido
de María Marín, fueron junto con un tío suyo los primeros en establecerse en la
localidad cercana a la villa de Madrid, por lo que ya pudo nacer en Torrejón.
Ahora bien, Machín y su hermano, si sabemos que
partieron del norte, concretamente de las tierras de Guipuzkoa, desde una aldea
que dista a una media docena de kilómetros de la ciudad de Tolosa, conocida con
el nombre de Albiztur.
Albiztur se encuentra documentada como mínimo
desde 1384, momento en el que se anexiona a Tolosa por ser el principal foco de
atracción geográfica de esa zona. La aldea se halla en la cabecera del Valle de
Salubita, un espectacular espacio frondoso moldeado por el río Igaran. Un
entorno de una belleza impresionante, asentado entre bosques y pastos de un
verde intenso, que le dan a su paisaje unas características muy singulares.
Como antes decíamos, desde 1384 sabemos que en la aldea de Albiztur se habla de
la presencia de mujeres en los contratos de vecindad guipuzkoanos, tal y como
nos indica Díez de Salazar.
Una sociedad donde la mujer jugó un papel
importante más allá del rol familiar. Así lo veremos en el caso que nos ocupa,
cuando Machín de Urreta, y otro de sus hermanos toman el apellido de su madre
Marina y que estaba casada con Martín Miguelez, padre de sus tres hijos. En
este caso el linaje materno era destacado, ya que la familia cuando emigró supo
que este sería vital si deseaba que se le reconociera su privilegio de nobleza.
Marina de Urreta era natural de Albiztur, y ella acabó heredando de sus padres
la casa solariega del linaje familiar, y que pasa a describirse en la
ejecutoria de hidalguía de su biznieto a mediados del siglo XVI:
“que el dicho lugar de Albiztur jurisdiçión de
la villa de Tolosa y en un alto hazia una sierra desviada de la yglesia del
dicho lugar como tres o quatro tiros de ballesta que hera una casa antigua
hecha de cantería e tabla según hera uso de la tierra e que tenía sus términos
en aprovechamiento rredondo conoçido y apartado donde thenía sus heredades”.
El apellido Urreta llevaba aparejado el orgullo
de pertenencia a un linaje vasco, además de la vivienda solariega de la
familia, y que siguiendo con las tradiciones, recayó por herencia para el
primogénito de los hijos de Martín y Marina, Miguel, el hermano mayor de Machín
y Juancho, quienes marcharon hacia Torrejón.
De acorde a la descripción precisa que nos da el
documento de la Real Chancillería de Granda, los tres o cuatro tiros de
ballesta (cada uno equivalente a unos 300-350 metros de distancia), nos sitúan
todavía hoy a poco más de un kilómetro de distancia de Albiztur en dirección
Este, en lo que se conoce como el Baserri de los Urreta, un bonito caserón de
piedra, donde antaño convivirían los miembros de la familia, y que como era
costumbre, desarrollaron su día a día sobre una explotación ganadera y agrícola,
tan característica del sistema de producción de esta área geográfica. Sobre la
parte superior del balcón central que hay encima de la puerta de entrada se presencia
un escudo de armas.
No sabemos desde cuando estaría asentada Marina,
pero por las fechas en las que nos movemos no nos cabe la menor duda de que sus
padres ya residían en el lugar desde el siglo XIV, momento en el que ya aparece
la primera referencia documental que cita Juan Carlos de Guerra (1928, 274), al
referirse a que en uno de los padrones históricos de las familias pobladoras de
Guipuzkoa, se hace una mención alusiva a un Martín Miguelez de Albiztur, hijo
de Miguel Martínez de Beeitia, quienes eran vecinos de Tolosa en el año 1346,
no siendo descabellado pensar que algo tuvieran que ver con el esposo de
Marina.
Valgan pues estas líneas como una modesta
aportación que conecta la relación histórica entre este apellido de los valles
de Guipuzkoa con la franja meridional de la Mancha Conquense.
David Gómez de Mora
Biblografía:
* Archivo Diocesano de Cuenca. Libro I de
bautismos de Buenache de Alarcón, años 1513-1561.
* Archivo de la Real Chancillería de Granda,
(1564). Real Provisión de ejecutoria de hidalguía de Juan Urreta de Lezcano.
* Díez de Salazar y Fernández, Luis Miguel (1983).
“La mujer vasco-navarra en la normativa jurídica (s. XII-XIV)”. (Actas II
Jornadas de Investigación Interdisciplinaria), Las mujeres medievales y su
ámbito jurídico. Madrid: Universidad Autónoma, 1983, pp. 95-114.
* (de) Guerra Barrena, Juan Carlos (1928).
Ensayo de un padrón histórico de Guipúzcoa: según el orden de sus familias
pobladoras. Original de la Biblioteca de Koldo Mitxelena Kulturunea, Diputación
Foral de Gipuzkoa.
* Gómez de Mora, David (2018). Las élites de
Buenache de Alarcón siglos atrás. Notas personales y apuntes geográficos. En:
davidgomezdemora.blogspot.com
Imágenes:
*
es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/tolosatik-albizturrera-mendibideak-arakatzen-13617510/photo-8423736
* lurrakstudio.com/gallery/picture.php?/19883/categories