Una de las figuras más destacadas de la literatura novohispana del Siglo de Oro portaba sangre de las tierras conquenses, más concretamente de Piqueras del Castillo, una cuestión avalada por las investigaciones genealógicas como históricas que se han ido produciendo durante estas últimas décadas por diferentes autores entre los que cabría destacar al popular Willard F. King (1924-2009).
Don Juan casó con doña Ángela de Cervantes, siendo hijo del piquereño don Pedro Ruiz de Alarcón y su esposa doña Leonor de Mendoza. Sabemos que don Pedro marcharía a las Américas, no encontrándose en la localidad conquense toda su vida como si lo haría su hermano don Luis Ruiz de Alarcón (el tío del dramaturgo), quien ejercía de escribano y acabará convirtiéndose en el antepasado que tendrán en común muchos de los descendientes del apellido Ruiz en este lugar.
Los expertos en la materia catalogan a don Juan como uno de los mejores dramaturgos de su tiempo, comparándose con el mismísimo Lope de Vega, dejando por ello como legado una larga cantidad de publicaciones que lo convertirán en un referente de primera línea y gran influyente de la dramaturgia barroca hispánica.
El apego del escritor por Piqueras fue tan real que éste volvió a la casa en la que se crio su padre una vez que salió de México en 1613. Obviamente su vida se movió entre diferentes ciudades de la península, hecho que no impediría que llegara a afincarse durante un tiempo en el discreto municipio, donde disponía de residencia al ser sus familiares los mismos Señores del lugar, razón por la que incluso acabaría bautizando a su hija Lorenza en la parroquia de Piqueras del Castillo el 6 de enero de 1617.
En principio el escritor nació en la localidad de Taxco de Alarcón (su nombre ya lo dice todo), en México. Se cree que sus padres tras salir del territorio conquense y una vez casado con su esposa doña Leonor (quien descendía de familia judía), tendrían por vástago a don Juan en tierras del continente americano, no obstante, existe un expediente y que el citado King ya advierte que contiene una falsa partida bautismal de nuestro protagonista, al decirse que éste había recibido el sacramento inicial en la Iglesia Parroquial de Piqueras del Castillo. Además, en dicha información aparecerían otras referencias como la de que en los años 1603 y 1608 éste desempeñó el cargo de alcalde por el estado noble en la citada localidad.
Como decimos, es muy factible que esta información fuese falseada ya que las reseñas históricas apuntan a que el dramaturgo residió en América durante su infancia. Por ello, cabe decir que el motivo de este tipo de documentos y que se adjuntan en un expediente de caballería de 1688, se deben a la necesidad de reforzar la pureza de su sangre hidalga, y que como sabemos estaba manchada de lazos conversos, ya que su abuelo (el clérigo e hijo de los Señores de Piqueras) era vástago de don Garci Ruiz de Alarcón y doña Guiomar Girón de Valencia, y por tanto nieto paterno de don Pedro González del Castillo y Ruiz de Alarcón, de quien antepondría su segundo apellido por el lastre que arrastraba en los procesos de la Inquisición de Cuenca la casa de los Castillo.
Para llevar a cabo esta manipulación documental (y que era más habitual de lo que nos podemos imaginar), apreciamos restos de esta actividad viciada en los dos primeros libros de partidas de bautismo, de los que King ya indica que “del primero de ellos faltan los fols. 35 a 42. Éstos, como era de esperarse, son precisamente los folios que hubieran podido contener el original del acta "copiada" para la prueba en 1688” (King, 1970, 54).
De lo que tenemos referencias más precisas es que una vez vuelto de México, ya casado con su esposa doña Ángela, volvería hacia la península, acabando de varar en Piqueras del Castillo, donde con toda seguridad escribiría alguna de las primeras obras que llevaba entre manos, bautizando de paso a su hija Lorenza en enero de 1617. Tiempo después desplazaría su residencia hacia Madrid, donde trabajaba para el Consejo de Indias.
El interés de la familia por desvincular la sangre conversa de su linaje se vuelve a plasmar en el segundo libro de bautismos de Piqueras (años 1604-1658), “el cual no tiene ninguna acta entre agosto de 1612 y enero de 1621, si bien una mano del siglo XVII volvió a hacer, engañosamente una numeración consecutiva de los folios” (King, 1970, 55).
La bisabuela del dramaturgo entregó a su hijo la heredad de Alcol, motivo por el que el abuelo de don Juan disfrutaría de ciertas comodidades. Además veremos posteriormente como uno de sus vástagos (don Luis), ejercía de escribano, casando con Catalina Ballestero. Por su parte, don Pedro, hermano de éste, optaría por buscar fortuna en América, donde ya se cree que nacería el escritor.
No hemos de descartar que García (el abuelo y que era cura) pudo haberse ordenado después de tener a sus hijos y enviudar, pues además de vivir con garantías por ser hijo de los Señores de Piqueras, pudo seguir curiosamente un destino similar al de Lope de Vega, quien en 1614 se ordenó sacerdote tras previamente haber casado, ser padre y perder a su esposa.
David Gómez de Mora
Bibliografía:
*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro I de bautismos de Piqueras del Castillo. P-2583
*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro II de bautismos de Piqueras del Castillo. P-2584
* King, Willard. F. (1970). “La ascendencia paterna de Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza”. Nueva Revista de Filología Hispánica, Vol. 19, Nº1 (1970), 49-86 pp.
