Buenache de Alarcón siempre ha sido una localidad tradicionalista y católica, donde el fervor religioso ha estado presente desde sus orígenes. En esta población que hoy cuenta con algo más de cuatrocientos habitantes censados, llegaron haber alrededor de una decena de ermitas, representada cada una de ellas por un mayordomo, además de otras muchas cofradías.
Durante el siglo XVIII ya tenemos constancia de como entre sus pobladores se recordaba una tradición que venía de lejos, y en la que se rememoraba como uno de los lugares con mayor carga devocional se encontraba a las orillas del río Júcar.
En este caso se nos habla de una serie de apariciones de la Virgen en un mismo entorno, que acabarán dando pie a la creación de dos ermitas. Por un lado la de Nuestra Señora de la Estrella, junto con otra vinculada a la Virgen de los Morales.
El punto exacto en el que se indica la ocurrencia de este acontecimiento todavía se conoce en el pueblo.
Resulta interesante el caso de la Virgen de los Morales (nombre que viene por señalarse su aparición junto a una morera), y que todavía conserva la base de los sillares de la vieja construcción que hemos podido conocer gracias a Alicia Izquierdo, quien en su momento ya se encargó de averiguar e investigar en que punto se emplazaba este pequeño templo con tanta carga simbólica para muchos de nuestros antepasados. A escasos metros del lugar apreciamos unas marcas de desgaste sobre la roca, y que la tradición local refiere a la señal de una planta del pie de la Virgen y otra del niño que portaba entre sus brazos. Todo ello acompañado con una estría en forma de cruz, que nos recuerda el carácter sagrado del enclave. La devoción a la Virgen de la Estrella se encuentra esparcida por diferentes puntos de nuestra geografía, aunque no sucede lo mismo con la de los Morales o de la Morera, cuya imagen por desgracia desconocemos que aspecto ofrecía.
Imágenes: Paraje que señala la tradición (junto a la ribera del Júcar) y roca sobre la que se relata una de las apariciones.
David Gómez de Mora