Entre las principales advocaciones religiosas que apreciamos en la Isla de Tabarca, una de ellas es la figura de San Pablo, quien según relata la leyenda llegó hasta este lugar en una de sus travesías, hecho que como ya hemos comentado con anterioridad, historiográficamente es insostenible, derivando muy probablemente de uno de los tantos relatos que se extendieron sobre su figura a lo largo del medievo, y en los que además de enaltecerse su persona, percibimos un evidente propósito de reforzar y remarcar la sacralidad del lugar desde hace bastantes siglos.
Pablo, llamado Saulo significa párvulo, sencillo de espíritu.1, evocaba su persona. Saulo, antes de su conversión pertenecía al grupo de fariseos y participó en la persecución contra los cristianos, pero de camino a Damasco se le apareció Jesús en forma de luz dejándolo ciego. Recuperado de este suceso, se convirtió entonces al cristianismo.2
En su predicación se dirigió hacia Éfeso, donde lo arrojaron a las fieras; también marchó a Damasco, allí lo encerraron en prisión, y, entre muchos otros sucesos, finalmente fue decapitado en Roma por Nerón.3
San Pablo se suele representar en el momento de su conversión. Como era ciudadano romano, el martirio era la decapitación, así pues, suele aparecer con rostro barbado largo y puntiagudo, calvo, vestido con una túnica verde y manto rojo y portando una espada, como símbolo de su martirio. También se le evoca con el libro del Nuevo Testamento en la mano, ya que se considera autor de la mayoría de las epístolas. Suele ir en compañía de san Pedro, pues son los dos pilares de la Iglesia cristiana. 4
Recordemos que la iglesia de la isla está conjuntamente dedicada a San Pedro y San Pablo, así como que antaño el municipio era denominado con el nombre de Isla de San Pablo.
David Gómez de Mora
Referencias:
1 Santiago de la Vorágine, La leyenda dorada, Vol I,… op. cit., p. 357.