Hace ya unos cuantos años (2007), comentábamos al abordar el estudio de la paleogeografía de Vinaròs, como estas dos especies de felinos antaño estaban representando parte de la fauna que era corriente encontrarse en nuestro término municipal.
Si bien la población del lince ha mejorado su situación respecto tiempos pasados, este sigue sin estar presente entre la fauna de nuestro territorio, concentrándose en determinados puntos de la Península Ibérica como Doñana y Sierra Morena, algo contrario a lo que ocurrirá con el gato montés, puesto que esta especie, a pesar de hallarse en un estado de regresión hace unas décadas, consiguió permanecer en determinados puntos de nuestro territorio, lo que le permitirá todavía habitar en estas áreas costeras.
Tanto el lince como el gato montés han aparecido en los restos del yacimiento ibérico del Puig de la Misericòrdia. Una información que podemos consultar en el estudio de la fauna de este enclave, y que aparece en el informe de los restos óseos, elaborado por P. Castaños Ugarte. Al respecto, entre los restos del lince, se comenta que fue hallado un fragmento de pelvis (Oliver, 1994, 166), así una hemimandibula que conserva el último premolar y la carnicera de un gato montés (Oliver, 1994, 165).
La regresión del lince no debe vincularse únicamente a la cuestión de su persecución, sino que también a la destrucción del espacio natural en el que se movía, debido al aprovechamiento agrícola de antaño, así como el padecimiento de diferentes enfermedades, sin olvidar la afección que puede suponer para este animal una reducción de la población de conejos, tal y como ya sucedió con la mixomatosis en los conejos y liebres de tiempos pasados.
Jiménez (2012, 25), comenta que “para el lince existen pocas referencias antiguas en los montes valencianos. Para el siglo XIX es citado por Madoz (1845-1850) como “gatos cervales” en Castellfort y Millares”. Añadiendo que: “Para el siglo XX las referencias son muy escasas e imprecisas. Valverde (1963) sugiere su presencia en el norte de Castellón, donde dice que se han cobrado algún ejemplar “en los últimos 25 años”, indicando que desde los tiempos de Ángel Cabrera (principios del siglo XX) se habría extinguido en el este de la península “salvo, quizás en un punto cercano a Tortosa” (Jiménez, 2012, 25).
Respecto al gato montés, veremos que este conseguiría sobrevivir en espacios naturales alejados de la mano del hombre, como puede apreciarse a día de hoy en la Serra de Irta. No hay que olvidar que el cruce con gatos domésticos, como la afección que determinadas enfermedades han podido tener sobre la especie, fueron afectando a su población. Se sabe que el gato montés y el lince pueden dar lugar a situaciones de exclusión competitiva, una característica a tener en cuenta si se quiere entender como era siglos atrás la coincidencia entre ambos animales en un mismo espacio.
David Gómez de Mora
Bibliografía:
*Oliver Foix, Arturo (1994). El poblado ibérico del Puig de la Misericordia. Vinaroz. Associació Cultural Amics de Vinaròs, 241 pp.
*Jiménez Pérez, Juan (2012). “Extinción, recuperación e introducción de mamíferos en la Comunitat Valenciana. Cambios en la fauna y acción humana”, pp. 19-47. En: Jiménez, J., Monsalve, M.A., Raga, J.A. (Eds.) 2012. Mamíferos de la Comunitat Valenciana. Colección Biodiversidad, 19. Conselleria d’Infraestructures, Territori i Medi Ambient. Generalitat Valenciana. València