domingo, 24 de agosto de 2025

El oso en la Vall d'Arán a mediados del siglo XIX

Leíamos hace escaso tiempo que durante esta primavera se han podido contabilizar hasta 15 osos en el territorio de la Vall d'Aran1, un animal que siglos atrás no era difícil de encontrar en esta área pirenaica.

Si bien la regresión de la especie iba incrementándose a medida que trascurrían los siglos. Apreciaremos como ya entrados en la centuria del XIX, el oso únicamente resisitía en zonas concretas. Un dato que podemos extraer por las referencias de Madoz.

Hoy el oso pardo está catalogado como una especie en peligro de extinción, nada que ver con la situación de tiempos pasados, donde su población era más elevada, lo que motivará que casi siempre fuese visto como una amenaza.

Escultura de un oso en Vielha (foto del autor)

Esto se deberá a diferentes razones, yendo desde el temor por un encuentro con esta criatura, la mentalidad y asociación que se ha tenido históricamente de la especie, además de que era un competidor cinegético que aprovechaba igual que los habitantes de la zona los mismos recursos que ofrecía el medio. Todo ello sin olvidarnos de las incursiones que podía efectuar en las zonas de pasto donde se encontraban los rebaños, así como el especial interés que se tenía por su piel.

Esta serie de motivos, fueron propiciando una idea negativa, que obviamente afectarán en la supervivencia de la especie, especialmente a medida que había una mayor disponibilidad de armas de fuego en las casas, puesto que su captura resultaba más efectiva, a pesar de que se conocen diferentes sistemas de caza y trampas, que ya vendrán recogidos en los tratados cinegéticos de la Edad Media.

Como decíamos, durante el siglo XIX todavía leemos referencias en la obra de Madoz2, en las que se menciona la presencia del oso en localidades del territorio aranés, tal y como apreciaremos en los municipios de Arró y Montgarri.

Oso pardo en el Aran Park (foto del autor)

En el caso del primero, Madoz indica (tomo III) que hay “algunos osos”, así como en Montgarri (tomo XV), que estos existían en la zona. Obviamente, su distribución se extendería a otros puntos del territorio aranés.

Precisamente en Montgarri existe un santuario dedicado a la Virgen de ese lugar. Este se dispone en una zona apta para la explotación ganadera, la cual además antaño permitía que muchos pastores llegaran hasta este punto, solicitando al mismo tiempo a la Virgen la protección de sus cabañas ganaderas. Y es que el temor a que los rebaños fuesen afectados por el ataque de lobos u osos, era algo frecuente en esa época.

Arró (foto del autor)

Tengamos en cuenta que Montgarri se posiciona en una zona apartada, contando además con abundantes zonas de pastos que atraían a este animal, especialmente en temporadas en las que resultaba compleja la obtención de alimentos.

Santuario de Nuestra Señora de Montgarri (foto del autor)

Los frondosos bosques, la disponibilidad abundante de agua y zonas escarpadas, junto una rica fauna, eran sin lugar a duda, motivos que llevaban a que muchos osos buscasen las prestaciones de esta área geográfica.

Área de Montgarri (foto del autor)

Por otro lado, la influencia que jugará la presencia de este animal en el territorio fue tal, que incluso podemos apreciarlo representado en las pinturas de la iglesia de Santa María de Arties, donde se ilustra una escena cinegética, que a falta de un estudio detallado, creemos que podría estar escenificando un cazador encarando su arma contra un oso.

Representación de un cazador y un oso en la iglesia de Santa María de Arties (foto del autor)


David Gómez de Mora

2 Madoz Ibáñez, Pascual (1845-1850). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid