La distribución de la
tierra en la provincia de Cuenca es una cuestión de sumo interés que diferentes
estudiosos de este territorio han ido indagando a lo largo de los últimos años,
buen ejemplo de ello es el historiador Ignacio de la Rosa, quien nos ha ofrecido
múltiples publicaciones en las que aborda el estado de la cuestión,
especialmente en lo que compete a la franja de lo que hoy denominamos como la
Manchuela Conquense.
Por lo que respecta a
otros municipios de la provincia, quisiéramos centrarnos en el caso concreto de
Saceda del Río. Una localidad que actualmente se halla técnicamente despoblada,
pero que antaño poseyó un vecindario afianzado por diferentes linajes locales
que le permitieron ser uno de los espacios rurales con mejor disponibilidad de
recursos en esa zona, en parte gracias a la consolidación de diversos linajes
agrícolas, que a pesar de adscribirse en su mayoría al grupo de la burguesía
rural, fomentaron las riendas de una economía de pequeña escala, pero activa,
que alejada de la figura del señor que controlaba grandes extensiones,
consiguió prosperar por el surgimiento de labradores acomodados.
Saceda ha sido un
enclave en el que el peso de las ideas y modelo de vida tradicional del campo
manchego ha imperado de manera continua. Con cerca de 100 familias en el siglo
XVIII, llegó a contar en algunos momentos con hasta casi una decena de
párrocos. Las costumbres y la mentalidad conservadora, en la que premiaba antes
el malo conocido que el bueno por conocer, se desprende de los enlaces matrimoniales
registrados en sus libros parroquiales, fenómeno que como en otros tantos
lugares de nuestra geografía peninsular, propagó un conjunto de políticas
proteccionistas, en las que se intentaba salvaguardar la tenencias de la
tierra, para que esta no saliese de las manos de aquellas familias que desde
tiempos inmemoriales dominaban el lugar.
Así lo veremos con la
estirpe de los López-Lobo, un linaje de curas, labradores y escribanos locales,
que si en el siglo XVI eran los mayores aglutinadores de bienes raíces,
seguirían igualmente manteniendo tal distinción hasta la irrupción de los
Martínez, también nativos del lugar, pero que tras amasar bastantes propiedades,
ahora pasaban a documentarse súbitamente bajo la denominación de Martínez Unda,
pues siguiendo con el protocolo de las familias recién ennoblecidas, era casi
condición sine qua non reescribir su
pasado, engalanando los ancestros más remotos y sobre los que poco se podía
demostrar, para que en este caso concreto se vincularan con una ilustre casa de
mismo apellido, emplazada en tierras vizcaínas.
Yendo por partes, si
analizamos los libros de fundaciones de Saceda del Río, no cabe la menor duda
que desde el siglo XVI hasta entrado el XVIII, la familia que aglutina una
ingente cantidad de bienes raíces son los López-Lobo, por ello Juan López-Lobo
crea dos capellanías, que llevaban adscritas un centenar y una ochentena de
propiedades respectivamente, lo que proporcionaba en su conjunto un patrimonio
agrícola superior a las 100 hectáreas, catalogándolo pues como un terrateniente
fuerte, que caracterizó esa burguesía rural alcarreña. Entre los bienes de esta
familia hallamos viviendas, censos y especialmente tierras donde el producto
que se extraía mayoritariamente era el trigo. Durante el siglo XVIII, tales
fundaciones fueron controladas por los León, un linaje de la pequeña nobleza
local, con asentamiento en puntos cercanos como Valdemoro del Rey y Caracenilla.
A continuación
tendríamos a los Saiz-Mateo o el caso de una línea de los Hernán-Saiz, y que a
tenor de sus propiedades, también se hallarían entre las casas más prósperas
del municipio. Del mismo modo otras líneas de la familia de los López-Lobo
comenzaron a progresar, llegando a controlar la mayoría de oficios influyentes,
como pasó con la escribanía, donde además de los Fernández, veremos algunos
personajes de este apellido.
Los Mateo-Saiz,
Sánchez-Mateo, Sánchez o Saíz, son otra de las grandes estirpes de Saceda, y
que hasta entrado el siglo XIX con la desamortización mantuvieron un patrimonio
agrícola ingente, además de una notable influencia que les llevó desde siglos
atrás a estar considerados como una de las familias más destacada de las élites
municipales. Los Saiz hicieron valer su poder, y entablarán enlaces con gentes
distinguidas de la nobleza local así como diversas líneas de la burguesía
rural, ya no sólo de Saceda. Su expansión y descendencia genealógica, hizo que
muchísimas casas de la comarca reclamaran sus vínculos, resultando variopinta
la procedencia geográfica de poseedores que solicitaban su derecho de tenencia.
Igual de importante fue
la capellanía fundada por María de Hernán-Saiz, vecina de Valdemoro del Rey, y
casada no precisamente por designios del azar con Francisco López-Lobo, donde
acumuló más de 40 propiedades. Tampoco hemos de olvidar otra capellanía que se
fundó con los bienes de María López-Lobo, esposa de Pascual Sánchez-Mateo,
fenómeno que evidenciaría de nuevo las relaciones cerradas entre las
principales estirpes de terratenientes. El primo de María era Juan de la
Fuente, y su tío el rico Miguel López-Lobo, conocido sobradamente por aquellos
tiempos en Saceda y los alrededores por su poder. En este caso como con el de
los López-Lobo de Valdemoro, hablaríamos de capellanías donde se atesoraban más
de 40 hectáreas de cultivo, destinadas fundamentalmente a la producción de cereal.
Del mismo modo que con las fundaciones de Juan López-Lobo, los León controlarían
esta capellanía durante el siglo XVIII.
En torno a otro tipo de
fundaciones relacionadas con capellanías y vínculos patrimoniales, tendríamos
diversas casas que engrosarían el listado de pequeños propietarios, pero con
una autonomía y poder suficiente, que en algunos casos les llevó a medrar
socialmente de forma satisfactoria, siendo ese el caso de los Martínez Unda,
que como ya explicamos en un artículo titulado “El linaje de los Martínez de Unda en Saceda del Río”, prosperó a
lo largo de varios siglos en un periodo de tiempo que hemos dividido en tres
etapas, en las que resultará crucial la adquisición de bienes por sus enlaces
estratégicos con los Vicente y García-Vaquero, la primera una familia de
labradores, con un patrimonio centrado en fundaciones, uno de ellos, bajo la
figura de un mayorazgo, así como los segundos por ser integrantes de la pequeña
nobleza local, con casa solariega en Portalrubio, además de adquisidores de un
rico patrimonio. A diferencia de otros linajes los Martínez seguían manteniendo
el control de muchas de sus tierras a pesar de que con el trascurso del siglo
XIX, vivieron entre Madrid y la Alcarria conquense.
Dentro de este grupo de
pequeños labradores con recursos estarían también los Fuente, y que como bien
sabemos en el caso de la línea procedente de Bonilla, emparentarán con el
Obispo de Coria, don Pedro García de Galarza. En este sentido tenemos
constancia de la fundación de una capellanía por parte del padre Andrés de la
Fuente, en el año 1592 ante el escribano de Saceda, Juan Fernández, comprendida
por 50 almudes de gramíneas, en donde se cita su relación genealógica con este
linaje, a través de su hermano don Simón de la Fuente.
Tampoco se nos debería
de pasar por el alto el caso de los Cubo, un linaje con raíces durante el siglo
XVI en la ciudad de Huete, donde proliferarán algunos representantes desde
dentro de los oficios liberales, y que les llevará a un control destacada de
tierras, tras la donación efectuada por el Licenciado Francisco de Velasco,
quien dota con 140 almudes a Isabel y Catalina del Cubo. Igualmente los Cubo
casarán con familias como los Vicente, López-Lobo, Saiz-Mateo, además de otras
de características similares.
Por norma general los
propietarios de las fundaciones durante las primeras generaciones eran
residentes del lugar, no obstante a medida que pasaban los años y se expandía
la prole, solían reclamar su pertenencia parientes y descendientes procedentes
de pueblos vecinos o apartados.
David
Gómez de Mora
Referencias:
-Archivo Eclesiástico
de Huete. Libro de fundaciones de 1794. “Libro las perpetuas de las memorias,
vínculos y capellanías que dio principio en el año de 1794”.
-Gómez de Mora, David
(2018). Las Élites locales en la franja
Este de Huete entre los siglos XVI-XVIII. En: davidgomezdemora.blogspot.com
-Gómez de Mora, David
(2019). El linaje de los Martínez de Unda en Saceda del
Río. En: davidgomezdemora.blogspot.com