Durante el siglo XVII
vemos como en este municipio algunas familias comienzan a realizar un conjunto
de obras en el interior de la Iglesia de San Pedro, que obviamente tienen como
propósito realzar la importancia y distinción del linaje que las promovía.
Una de ellas será la de
los Reyllo, integrantes de una casa vinculada a la pequeña nobleza local, que
llegó a obtener un poder destacado más allá del área geográfica de lo que hoy
denominamos como la Manchuela.
La historia de esta
familia empieza con su progenitor, don Bernabé de Reyllo, hijo de un capitán de
caballos, que llegará a la localidad durante la primera mitad del siglo XVI,
casando con la apoderada doña Estefanía de Silva. Fruto de este matrimonio
surgirán las diferentes líneas de Reyllo que se esparcirán por el municipio.
La rama que más
prosperará socialmente será la de su hijo don Francisco de Reyllo, quien
celebrará sus esponsales con la noble doña Andrea del Castillo (hija a su vez
de don Antonio del Castillo y Catalina de Baldolinas). Será a partir de ambos
cuando se forjará la creación del apellido “del Castillo-Reyllo”, y que el
insigne historiador conquense don Trifón Muñoz (1867), al referirse a los
antiguos linajes de Cuenca, añade:
“Viniendo después los López Romero y Castillo Reyllo, los Bercedos y Clemente
de Aróstegui, los Herreras y Anayas, los Fernandez Villar y Rodríguez Fonseca,
los Álvarez de Toledo y Palafox y Croy, los Villoras y Morales, los Avellanedas
y Ayalas con sus riquezas y generosidad fomentaron las artes y dieron impulso
al aumento de la población”.
A través de Francisco y
Andrea, veremos cómo nacerá don Diego de Reyllo del Castillo, quien casará con
Juana Saiz. Hijo de ambos será el famoso Prior de la Colegiata de Belmonte don
Diego de Reyllo, encargado de mandar construir la capilla familiar de Nuestra
Señora de la Concepción en su localidad natal, además de fundar dos
capellanías, y realizar una manda de 2.300 misas para el día de su defunción.
Capilla
de la Inmaculada Concepción de Buenache de Alarcón. Imagen del libro de Domingo
Terencio (2016)
A partir de esta línea
la descendencia acumulará un poder sin precedentes, llegando a poseer un
mayorazgo integrado dentro de un Señorío, así como ocupar cargos de influencia
en la propia Inquisición conquense. Su entronque con los Mendoza y otros
linajes de estatus similar, permitirá que se establezcan de manera eficaz en la
capital, pasando a ocupar de modo permanente una regiduría por el estado noble.
Si analizamos por pasos
el proceso de ascenso social de los Reyllo, sus orígenes arrancarían en un
capitán de caballos, del que una vez reconocida su nobleza, sus descendientes generación
tras generación irán progresando de manera satisfactoria.
El proceso de
crecimiento podemos dividirlo en tres etapas, una primera que ocuparía los
siglos XVI-XVII, cuando desde la familia se establecen una serie de políticas
matrimoniales con casas de la pequeña nobleza local como los Castillo. Es al
final de ese período cuando se crea un punto de inflexión, tras la entrada de
don Diego de Reyllo como Prior de la Colegiata de Belmonte, un representante activo
que desde la fuerza que le daba su mando dentro de la Iglesia de estas tierras,
afianzará su nombre y el de los suyos con la fundación de una capilla dedicada
a la Inmaculada Concepción. Esta obra significará que el linaje tenga un lugar
de enterramiento propio en Buenache, además de dos nuevas capellanías que iban
adjuntas con cargo de 100 misas.
Será pues durante esa
generación cuando las sobrinas del referido Diego también expanden sus
influencias más allá del marco local. Los matrimonios serán diversos y siempre
con familias poderosas, así Juana del Castillo casará con el hidalgo don Pedro
de Monteagudo, y que procedía de Villanueva de la Jara, su hermana Francisca lo
hará con don Francisco de Alarcón, y cuyo padre ya era familiar del Santo
Oficio en la ciudad de Cuenca. La tercera hermana, Ana Ximénez, a pesar de
coger el apellido materno, casará con don Fernando Cabañero Reyllo, quien era
familiar del Santo Oficio y natural de la Roda. De esta segunda fase se pasa
inmediatamente a una tercera que entraría dentro del siglo XVIII, donde las
líneas más fuertes socialmente del linaje entablan alianzas con linajes de la
ciudad conquense.
Como decíamos, a
grandes rasgos el personaje más importante de esta familia es sin lugar a dudas
el referido Prior, conclusión a la que llegamos básicamente por dos ideas que
consideramos clave para entender la situación tan prospera de la familia. La
primera es su decisión de alzar una capilla, sabiendo la repercusión que
aquello desde la perspectiva social iba a tener, pues era un medio de promoción
directo y eficaz que ayudaba a que sus propietarios gozaran de una reputación e
influencias, que incrementaban notablemente sus posibilidades de medrar.
Genealogía
de los Castillo-Reyllo de Buenache de Alarcón (elaboración propia)
La segunda acción, y
también muy bien estudiada, fue su precaución y reservas en el momento de
ocultar cualquier tipo de nexo que lo vinculara con los Silva de Buenache,
remarcando de este modo el apellido Reyllo, así como tapando el de los Castillo
hasta donde fuese necesario. Visto así, don Diego fue el principal ariete,
encargado de despejar toda sospecha que acechara la línea de su familia, bien
fuese por los sambenitos de los Castillos, así como de los Silva tras las duras
acusaciones que a principios del siglo XVII señalaban al cura don Rodrigo de
Silva.
No olvidemos al hermano
de don Diego (don Pedro), quien era Secretario del Santo Oficio, figura que
junto con la de su hijo y descendencia que ejerció como Secretario del Secreto,
resultaría vital para diseñar los mecanismos de ingeniería social que permitieron
una fase de ascenso dentro del seno inquisitorial conquense.
Bárbara Santiago
Medina, explica en un artículo dedicado a los Secretarios del Secreto, que
papel y funciones tenían sus integrantes. Adjuntamos una cita literal de su
artículo por la claridad y precisión con la que define esta cargo: “(…) El -secreto-, por
su parte, era
una entidad física
y no intangible,
un lugar concreto. El archivo
donde se custodiaban los documentos que sustentaban el
poder del Santo
Oficio. Allí estaba
su memoria y
el recuerdo de
todos aquellos que
habían caído en
sus redes, los
textos de gobierno,
la gestión burocrática, las pruebas de limpieza, las visitas de los
distritos, los procesos... Todo
el conocimiento inquisitorial
se albergaba entre
las paredes del
secreto. Y solo
unos pocos individuos
tenían acceso a él, además de los inquisidores y el fiscal del
tribunal: los secretarios del secreto.
Estos oficiales se
convertían en los
-señores del secreto-
y de lo
que en él se encontraba.
En sus manos
ostentaban un gran
poder y, sin
embargo, pocos autores, dentro de la historiografía, han llegado a dilucidarlo,
creyendo ver en ellos a unos simples y fríos escribanos, a la manera de
autómatas sin juicio
ni conciencia, testigos
mudos de los
peores horrores de la
Inquisición. En efecto, la principal función de los secretarios del secreto era
la de escriturar y, en
ocasiones, suscribir, buena
parte de las
tipologías diplomáticas que
eran expedidas en
un tribunal de
distrito. Despachaban con
los inquisidores en la audiencia principal y allí anotaban todo lo que
sucedía, por ejemplo, relacionado con los procesos de fe” (Santiago, 2015,
363).
Por lo que concibe a la
fundación de la capilla de la Inmaculada, sabemos que don Diego entre las
mandas exige la elaboración de una imagen de bulto con retablo proporcionado
para el futuro oratorio, acompañada por una reja y puerta, así como un arca y cajones
con dos cálices. A ello hay que sumarle un cuadro de San José sobre marco
dorado, además de dorar el retablo y la reja. Añade que se intervenga en la
bóveda de la Ermita de Nuestra Señora de la Estrella, reiterando que se dore y
estofe el retablo. Esta tarea recaerá sobre el maestro Bernardo de Soria
(vecino de Honrubia), información que extraemos de las mandas de la defunción
del referido Prior (ADC).
Terencio Silvestre
(2015) define esta capilla como el espacio más destacado de la Iglesia por su
equilibrio, belleza y armonía. Añade que está construida en
sillar de piedra, accediendo a la misma a través de una cancela de madera que
presenta un blasón con las armas del linaje. Dicha cancela se halla flanqueada
por dos pilastras rematadas con un friso en el que aparece un cordón de
dentellones que da paso a una pequeña cornisa (Terencio Silvestre, 2015, 99). La
capilla tiene el detalle de albergar dos tribunas para seguir de manera cómoda y
privilegiada la liturgia. Todo ello en su conjunto, obviamente era un arma de
doble filo que acrecentaba aun más la figura de los miembros de la familia que
acudían a lo que era un espacio personal, dentro del edificio más importante
del municipio, y al que iba casi todo el pueblo al menos una vez por semana.
La adquisición de aquel habitáculo de gran calado social, arrastraba
un enorme simbolismo, pues generaba una asociación con la familia más
importante del municipio, los Señores de Buenache, quienes como era normal, por
su condición señoríal, también tenían su propia capilla a parte, y dejaban de
este modo de ser los únicos.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
* Archivo Diocesano de
Cuenca, libro III de defunciones (1629-1693), Sig. 24/39, P. 587
* Gómez de Mora, David
(2017). "Apuntes genealógicos de la nobleza de Buenache de Alarcón. Los
Reyllo". El Fortí, serie Premium, nº XXII, septiembre 2017
* Gómez de Mora, David
(2018). "El linaje de los Castillo en Buenache de Alarcón. Apuntes y notas
genealógicas". En: davidgomezdemora.blogspot.com
* Gómez de Mora, David
(2019). "El linaje de los Silva en Buenache de Alarcón". En:
davidgomezdemora.blogspot.com
* Muñoz y Soliva,
Trifón (1867). "Historia de la Muy N.L.É I. Ciudad de Cuenca, y del territorio
de su provincia y Obispado". Libro III. 806 pp.
* Santiago Medina,
Bárbara (2015). "Los señores del secretohistoria y documentación de los
secretarios del Santo Oficio madrileño". Paseo documental por el Madrid de
antaño/coord. por Nicolás Ávila Seoane; Juan Carlos Galende Díaz (dir.), Susana
Cabezas Fontanilla (dir.), págs. 349-374
* Terencio Silvestre,
Domingo (2016). "Buenache de Alarcón. Arte, Historia y Religiosidad Popular. V
centenario del Archivo Parroquial, 1514-2014". Ed. Diputación de Cuenca