Entre las varias dudas que nos acechan sobre el pasado de Albaladejo, una imposible de obviar es la de qué representó realmente para los intereses señoriales de los Ruiz de Alarcón este lugar, pues a pesar de que hoy pueda parecer una zona alejada de las grandes urbes, no pensaríamos lo mismo si ascendemos hasta la parte alta de dicha localidad y apreciamos su valor estratégico. Resulta imposible ignorar las prestaciones defensivas del enclave cuando uno accede a lo alto de su loma. Y es que sobre la misma, todavía podemos apreciar como se levantó lo que hoy son sólo lo restos de las ruinas de un edificio religioso, en el que con anterioridad podría haberse encontrado una construcción de carácter militar. Lo cierto es que en el reciente estudio sobre los castillos de la provincia de Cuenca, no hemos hallado ninguna alusión al respecto. Es más, el relato tradicional señala que en el año 1080 Alfonso VIII tras conquistar Cuenca, cedería a los monjes sorianos cistercienses del Monasterio de Santa María de Huerta, los terrenos del término municipal de la localidad, pero, ¿desde cuando existe esa construcción?, ¿fue realmente el primer edificio que se erigió sobre lo alto de la cima?..., estas y otras tantas preguntas es necesario formularlas para comprender un poco mejor el destino que corrió esta parte tan emblemática del municipio, para interpretar cual fue el papel jugado por sus antiguos señores en el lugar.
Cualquiera que visite el lugar, y
ascienda hasta la
parte alta para contemplar sus
vistas, se percatará de lo difícil que resultar imaginar como en
ese punto
no hubiese ningún tipo de espacio fortificado o estructura
defensiva.
A estas alturas nadie discute que en
Albaladejo los musulmanes se asentaron durante el periodo
de dominación islámica, y prueba de ello es el mismo topónimo del
municipio que nos legaron, no obstante, tampoco iríamos mal
encaminados, si suponemos que en lo alto de su loma
tuvo que existir algún castillo o fortín, a pesar de que únicamente
se nos hable de los restos de un recinto religioso.
Partiendo de este relato, nuestra
hipótesis aboga por la existencia de un castillo, cuyas raíces
perfectamente podrían estar afincadas desde fechas anteriores a la
reconquista, y que siguiendo la política defensiva tan propia del
momento, se reforzaría con algún elemento constructivo, del mismo
modo que iría sucediéndose por el ancho y largo de esta franja
territorial de los dominios de Alarcón.
Visual desde lo alto de la loma de
Albaladejo del Cuende
Del mismo modo, resulta casi imposible de
obviar, que un espacio geográfico que cae durante el siglo XV
en manos de los Ruiz de Alarcón, difícilmente no contara con un
puesto de control que resguardara la posición de sus señores, pues
sabemos que si algo preocupó a este linaje y cuya adquisición
coincide con la fase exponencial de su crecimiento social, fue
precisamente el tener bien defendidos como conectados cada uno de los
lugares que estaban bajo su posesión.
Restos del edificio religioso ubicado
en lo alto de la loma de Albaladejo del Cuende
Otro elemento clave, es
que comprobamos como entre las ruinas del recinto
religioso, puede apreciarse el afloramiento de los restos de unas
estructuras bastante toscas y antiguas, que se solaparían con la
misma roca del terreno, y que cronológicamente no cabe duda que
habrían de ser anteriores a las ruinas de la planta eclesiástica.
Restos arquitectónicos en la loma de
Albaladejo del Cuende
David Gómez de Mora