miércoles, 23 de diciembre de 2020

Los Parrilla de La Peraleja

Una de las familias que arrastran más historia en La Peraleja y sobre la que poco hemos hablado es la de los Parrilla. Un linaje afincado en el municipio desde las primeras referencias parroquiales que existen en el pueblo, y que muy probablemente deban arrancar desde antes de mediados del siglo XVI. Los Parrilla conseguirán promocionar socialmente algunas de sus líneas sin necesidad de ejercer grandes políticas matrimoniales, que apoyadas básicamente en enlaces a través de nativos del municipio, bastarán para catapultar alguna de sus principales figuras.

Sabemos que la diversidad de familias con las que entroncarán serán notorias. Por ejemplo la línea que descendía de Juan Parrilla y María de la Oliva (casados alrededor de mediados o poco antes del siglo XVI), tendrán hijos y nietos que se asociarán con miembros de los Pintado, Palenciano, Peña o González. Varias generaciones después sus alianzas con los Muñoz, Escolar o de la Fuente (entre otros), culminarán una política muy heterogénea. De esta rama procederá Pedro Parrilla, que en 1687 casó con Isabel de la Fuente, fruto de cuyo matrimonio nacerá Bernardo Parrilla, esposo de María del Olmo Palenciano, quien descendía de una familia de labradores bien asentados y cuyo apellido estaba estrechamente asociado con el clero. No olvidemos por ejemplo que la familia del Olmo ya se había adjudicado una capellanía, en este caso la fundada por Simón Vicente y Juana del Olmo, lo que le valdrá a don Francisco del Olmo ejercer como presbítero en la Peraleja. Idéntico fenómeno sucederá con la creada por María González, permitiendo que éste tuviese bajo su poder dos de las siete que había en la localidad.

Por otra parte leemos en la partida de defunción de José de la Fuente (marido de María de Hernán-Saiz) que en 1753 ésta mandaba 300 misas, citando a su hijo Fray Juan de la Fuente como religioso sacerdote de la Merced Calzada. Un año antes, moría Ana Martínez (esposa de Miguel del Olmo), quien nombra a su vástago fray Antonio del Olmo, religioso sacerdote de San Jerónimo en el Monasterio de San Bartolomé de Lupiana (Guadalajara).

Decir que don Francisco del Olmo y fray Antonio del Olmo eran hermanos, cosa que explicará las miras que tenía la familia por insertar a los suyos dentro del brazo eclesiástico. Además para mayor de las “casualidades”, su padre se llamaba Miguel del Olmo y de la Fuente, por ser hijo de María de la Fuente Muñoz y nieto materno de Alonso de la Fuente y del Olmo.

Un personaje que merece nuestra atención era Bernardo Parrilla (esposo de María del Olmo), hermano del escribano local, Juan Nicasio Parrilla, éste último casado con María Benito Rojo, otra familia bien asentada en La Peraleja, y que también serán conocidos por la escribanía que durante cierto tiempo estuvieron controlando. Por aquel entonces los Parrilla habían intentando dar el salto fuera de la localidad, así lo veremos en la hija de Bernardo, Micaela Parrilla, quien había casado en primeras nupcias con Juan López Cubillo, labrador de Vellisca; así como posteriormente con un integrante de los Cantero Sevilla de Carrascosilla. Por otra parte su primo hermano ejercía como escribano de los reinos, lo que les catapultaba más si cabe. Recordemos que el padre de éste (el referido Nicasio), una vez que enviudó, volvió a casarse con una señora oriunda de Portalrubio, perteneciente a la familia Palomar. Se trataba de Catalina Palomar, hija de Juan Palomar y María García.

La Peraleja. Imagen: verpueblos.com

Los Palomar en Portalrubio eran toda una institución, pues además de labradores acomodados, tenían a representantes dentro del clero local. Sin ir más lejos, consultando los apuntes de nuestro archivo genealógico, comprobamos como María Parrilla, esposa de Miguel Palomar (también procedente de Portalrubio), tenía por cuñado al presbítero de allí, don Juan Palomar. Las relaciones entre esta localidad por parte de la familia y Portalrubio se estrechan todavía más cuando apreciamos que dicha María, viuda de José Parrilla y Parrilla (por haber casado anteriormente con él en primeras nupcias), era precisamente hija del escribano Nicasio. Apreciamos como durante esta etapa del siglo XVIII, la familia cambia por completo su estrategia, apostando por un matrimonio entre un integrante de su mismo linaje (aunque el parentesco era lejano), así como además intentando dar el salto con otras estirpes asentadas fuera del lugar. La cosa no acababa ahí, pues si Nicasio casó con Catalina Palomar, así como su hija con otro portalrubiero, veremos que otra hija llamada Teresa lo hará con Antonio Carrasco, también procedente del mismo lugar. Este hecho nos lleva a pensar que probablemente el escribano de La Peraleja acabará moviéndose entre sendos pueblos, y por el mismo motivo, alguna de sus hijas.

Otro hermano de Nicasio y Bernardo era Miguel Parrilla, quien enviudó tras haber casado antes con una miembro de la familia Alcocer procedente de Huete. Éste el día de su defunción solicitó un total de 800 misas, mandando enterrarse en la capilla mayor de la Iglesia Parroquial de La Peraleja. Lo cierto es que el linaje disponía de una sepultura en un lugar privilegiado y que les servía como capilla dedicada a la advocación de Nuestra Señora del Rosario, de la que como bien sabemos ya había con anterioridad una cofradía.

Obviamente los Parrilla ejecutarán una operación propia de las familias que socialmente intentaban medrar para dar notoriedad social a sus integrantes, primero a través de enlaces con casas de labradores nativas del pueblo, así como después buscando políticas que fueran más allá del marco municipal mediante gente con posibles, ya afincadas en lugares cercanos, pero ajenas a esa órbita hermética en la que se movían los peralejeros. La adquisición de un lugar de enterramiento privilegiado dentro del principal edificio de la localidad, y sus nexos con los Palomar de Portalrubio, son muestras suficientes para entender que aspiraciones pretendían establecer como linaje.

David Gómez de Mora

Referencias:

* Archivo personal. Apuntes genealógicos de la familia Gómez-de Mora Jarabo. Inédito

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).