Beltrán
y Cerrillo son dos apellidos asociados a familias con cierto renombre
en esta localidad durante los siglos XVI y XVII. Sus integrantes
representarán varios de los miembros con los que contó el Santo
Oficio en el lugar, además de alcaldes y otros puestos que
alimentaron su nombre durante el trascurso de unas cuantas centurias.
Ambos linajes tendrán en común el haber estado asentados en la
localidad como mínimo desde finales del medievo, hecho que
comprobamos a través del primer volumen de bautismos que se conserva
en el Archivo Diocesano de Cuenca.
Entre
sus
figuras destacadas resulta imposible obviar a
Nicolás Beltrán, marido de María de Posadas, quien tuvo por hija a
María Martínez Beltrán, y
que
celebró sus nupcias con uno de los vecinos
más
importantes de la nobleza local, don Pedro de Buedo-Ruiz de Alarcón
y Lomas. Aquello
sucedía en
1596, hasta
que poco después
nacerán
algunos de sus hijos, siendo
el caso de María
Beltrán de Buedo, posteriormente
mujer
de Francisco Martínez de la Parra.
Por
otro lado los
Cerrillo dejarán
una descendencia muy prolífica que permitirá la prolongación del
apellido hasta la actualidad. Entre
las bonacheras más representativas tenemos el caso de María
Cerrillo, fallecida en 1716, y hermana del licenciado don Miguel
Moreno Cerrillo.
Ésta llegó a fundar un patronato de legos, así como un vínculo
debido a su buena posición social, mandando un total de 400 misas el
día de su muerte. Sabemos
que los Cerrillo llegaron a tener un capitán militar,
fenómeno que les acercaba prácticamente al tratamiento que podían
tener algunos de los miembros que componían la nobleza municipal.
Respecto
a los
alcaldes de ambas
familias
veremos el caso de Nicolás
Beltrán (quien repetiría
este
cargo durante
varios años
-1627, 1632 y 1633-) o
Pedro Cerrillo de Ayuso en 1657.
David
Gómez de Mora