Ya
son varios los artículos que hemos dedicado a
la historia de este linaje de la pequeña nobleza bonachera, y que se
encontraba asentado en este
lugar durante la primera mitad del siglo XVI. No obstante, es más
bien poco lo que sabemos sobre una
de sus
líneas
residente en Piqueras. El
poder de los Reyllo quedará reflejado en la figura de Juan de
Reyllo, esposo de Catalina López. Ésta era hija de Juan de Zaorejas
y Catalina López, quien en el año 1559 ya se encargaría de
realizar una fundación con los bienes que le vendrían adscritos de
su familia. Sabemos que Catalina la moza y esposa del señor Reyllo,
incorporaría nuevas propiedades que aumentaron
la cantidad de fincas (aquello sucedería
durante 1596). Por los datos recolectados, desprendemos que el enlace
de Juan de Reyllo supuso una consolidación económica para ambas
casas, y por lo tanto, una herramienta útil para el
realzamiento
de
una posición privilegiada entre
sus
descendientes, pues éstos obtendrán uno de los vínculos más
conocidos del municipio. De esta estirpe de labradores nacerán
personajes destacados que estarán al frente de la alcaldía local en
diferentes ocasiones.
Los
citados Juan y Catalina tuvieron un hijo, quien casaría con Juliana
Saiz, otra piquereña bastante desconocida, pero que fallecería el
mismo año que su suegra, por lo que efectuará una ampliación
patrimonial, mandando además 150 misas y dejando entre sus bienes
una taza de plata y una borrica. En la generación siguiente
apreciaremos como los integrantes del clan seguirán gozando de
cierta posición, es el caso de Juan de Reyllo (marido de María
Beltrán del Barco), o incluso su hermana Catalina, quien creó otro
vínculo, además de pagar un total de 550
misas. Una cifra ciertamente elevada, si tenemos en cuenta que por
aquellos tiempos este tipo de pagos eran muy inferiores, además de
no tan habituales en el lugar de Piqueras.
Cuadro
al oleo de una escena rural de Castilla. Oleo sobre lienzo, 40×30
cms, Rubén de Luis.
Sobre
las primeras referencias de la familia, consultando los datos del
libro de bautismos del municipio, veremos como todas apuntan hacia el
tronco de la familia de Pedro de Reyllo y Catalina Gil, quienes en
1563 bautizan a su hijo Bartolomé. Tres años más tarde, éstos
volverían a hacerlo
con
otro hijo, así como en 1573 con
Quiteria Gil. Sin olvidar que la línea se ampliaría, al registrarse
las confirmaciones en 1575 de sus hermanos Ana y Pedro. Lo cierto es
que estos datos no nos sirven para extraer muchas conclusiones,
simplemente la de que en los años sesenta del siglo XVI vivían en
Piqueras dos miembros del linaje, que bien pudieron ser hermanos,
pero sobre los que por ahora desconocemos cualquier conexión
genealógica respecto
la línea afincada
en Buenache.
Recordemos
que los
Reyllo ya se había asentado en el municipio vecino, de ahí que no
sea descabellado relacionar los nombres de Pedro y Juan de Reyllo con
la familia de Bernabé de Reyllo y Estefanía de Silva, progenitores
de la casa
establecida en Buenache de Alarcon, y que como bien sabemos, prosperó
de manera meteórica en generaciones posteriores, conformando una de
las familias más destacadas de la nobleza conquense.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
-Archivo
Diocesano de Cuenca, libro I de bautismos de Piqueras del Castillo.
Sig. P-2583