Una de las familias de la baja nobleza bonachera sobre la que casi nada
se ha escrito es la estirpe de labradores conformada por la casa de
los Martínez-Herráiz, un linaje autóctono que dio alcaldes y
mayordomos en las principales cofradías de la localidad. El
origen del apellido se remonta a la primera mitad del siglo XVII,
cuando Miguel Herráiz-Martínez (hijo de Miguel Herráiz y Ana
Martínez), casó en 1623 con María Moreno Hortelano, hija ésta de
otra familia de labradores con recursos, sobre los que ya hemos
tratado en más de una ocasión varios artículos. Como
otras tantas casas del municipio, la referencia sobre su hidalguía
se produce de manera fortuita con motivo de la entrada de uno de sus
descendientes en la Orden de Carlos III (don Antonio Saiz de Zafra),
quien a través de su información genealógica recalca como los
Martínez-Herráiz eran una familia del estado noble.
Genealogía
de don Martín Saiz de Zafra y Martínez-Herráiz (Archivo Histórico
Nacional)
La
relación de don Antonio con esta estirpe proviene por Alonso
Martínez-Herráiz, quien casó en 1662 con María de la Fuente y
Ramírez de Toro. Su hijo don Alonso Martínez-Herráiz, tildado de
caballero hidalgo, enlazaría con Magdalena de Olivares. Se dice que
el referido Alonso aparece en los padrones municipales como noble,
siendo durante el año 1743 alcalde por dicho estado. Fruto de su
matrimonio nacería doña Catalina Martínez de Olivares, mujer de
don Alonso Saiz de Zafra, cuyo nieto conseguirá ingresar en la
referida corporación.
Los
miembros adscritos a este tipo de nobleza, hemos de entenderlos como
integrantes de una élite local, dedicados durante buena parte de su
vida a los quehaceres propios de cualquier campesino, donde a pesar
de pechar y pagar sus impuestos, en momentos determinados, debido a
los méritos o actos positivos alcanzados por algunos de sus
descendientes con el trascurso de las generaciones, irían
consolidando una solera que se manifestaba en la consecución de
cargos como concejalías o alcaldías, que junto con otros de
carácter simbólico, a pesar de no ir más allá del ámbito
municipal, desglosados y compilados en informes como el señalado,
eran pruebas más que suficientes para argumentar un estatus, que
acababa insertándolos dentro de aquel sector, al margen de sus pocas
ganas o posibilidades de medrar más allá del pueblo en el que
habían estado residiendo durante siglos y siglos. Recordemos que en
Buenache de Alarcón diferentes familias denunciarán como en este
lugar no se reconocía en multitud de ocasiones la hidalguía a
muchos de los linajes que reclamaban una exención de pagos. Cuestión
que esperamos tratar a fondo en un futuro artículo.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
*
Apuntes de la genealogía familiar Gómez de Mora y Jarabo.
Inédito
*
Archivo Histórico Nacional, 1827. Expediente de la Orden de Carlos
III, nº1936. Sáinz de Zafra y Martínez del Castillo Martínez
Olivares y del Castillo, Antonio.