Existen
familias con un arraigo muy profundo en el territorio alcarreño,
sobre las que resulta casi imposible averiguar en que momento se
fundaría el nombre de
su linaje, así
como quien
fue el primer representante llegado
hasta estas
tierras.
Un fenómeno que vuelve a sucedernos con dos de las casas que en el
presente artículo quisiéramos reseñar. Y es que sobre las mismas
hemos encontrado referencias que nos apartan de las fechas en las que
se mueve la investigación genealógica de los libros parroquiales, y
que por lo tanto, nos conducen como mínimo hasta el periodo
del siglo XV, fecha
en la que
ya
escasean
las herramientas necesarias para establecer paralelismos que permitan
solapar unas ramas con otras de
forma más efectiva.
La familia Oliva se extenderá por diferentes puntos de la tierras de Huete, es el caso de Saceda del Río, La Peraleja, y otras tantas localidades del entorno. A estas alturas ya nadie discute el papel que ejercieron algunos de los integrantes de estos grupos rurales, tanto es así que por ejemplo el cronista de La Ventosa Guillermo Fernández, nos comentó que fruto de sus investigaciones, apreció la importancia de este apellido al ver que el mismo estaba adscrito al estado noble, poseyendo incluso su propio escudo de armas. Como solía suceder en muchas ocasiones, estos apellidos en sus lugares de origen estaban reconocidos como familias de labradores con recursos, que cuando llegaba el momento en que alguien de su seno medraba socialmente fuera del territorio, adquirían una mayor consideración.
En el caso de La Peraleja son varias las líneas de miembros que hemos localizado. Una de las más prósperas es la de Martín de Oliva, marido de Ana Martínez, quien tuvo varios hijos que casarán con gentes destacadas del municipio. Por ejemplo, su hija Ana de Oliva, lo hace en 1580 con Simón Vicente del Olmo, mientras que su hermano Juan de Oliva lo hará en 1569 con Ana de Santacruz, y en 1587 con Ana de la Fuente (en segundas nupcias). Otra hermana, Catalina de Oliva, fue mujer de Simón de Hernán-Saiz (familiar del Santo Oficio). Recordemos que sus hermanos realizarían la misma operación, es el caso de Isabel de Oliva y Asensio de Hernán-Saiz, velados en 1574.
La familia Oliva se extenderá por diferentes puntos de la tierras de Huete, es el caso de Saceda del Río, La Peraleja, y otras tantas localidades del entorno. A estas alturas ya nadie discute el papel que ejercieron algunos de los integrantes de estos grupos rurales, tanto es así que por ejemplo el cronista de La Ventosa Guillermo Fernández, nos comentó que fruto de sus investigaciones, apreció la importancia de este apellido al ver que el mismo estaba adscrito al estado noble, poseyendo incluso su propio escudo de armas. Como solía suceder en muchas ocasiones, estos apellidos en sus lugares de origen estaban reconocidos como familias de labradores con recursos, que cuando llegaba el momento en que alguien de su seno medraba socialmente fuera del territorio, adquirían una mayor consideración.
En el caso de La Peraleja son varias las líneas de miembros que hemos localizado. Una de las más prósperas es la de Martín de Oliva, marido de Ana Martínez, quien tuvo varios hijos que casarán con gentes destacadas del municipio. Por ejemplo, su hija Ana de Oliva, lo hace en 1580 con Simón Vicente del Olmo, mientras que su hermano Juan de Oliva lo hará en 1569 con Ana de Santacruz, y en 1587 con Ana de la Fuente (en segundas nupcias). Otra hermana, Catalina de Oliva, fue mujer de Simón de Hernán-Saiz (familiar del Santo Oficio). Recordemos que sus hermanos realizarían la misma operación, es el caso de Isabel de Oliva y Asensio de Hernán-Saiz, velados en 1574.
Armas
de los Oliva de La Peraleja. Imagen proporcionada por Guillermo Fernández Rabadán
Por
otro lado tendríamos a los de la Fuente, un linaje de
características similares al anterior, puesto que la familia tuvo
notable cantidad de eclesiásticos a lo largo de los diferentes
puntos de la comarca donde el apellido de manera idéntica proliferó
en proporciones abundantes. Esto nos conduce a la misma problemática,
pues
resulta imposible adscribir un foco de origen que como mínimo nos
remonta a los tiempos del medievo.
Recordemos
que esta casa
ostentó un papel importante en la localidad de La Peraleja, además
de cierto protagonismo en otros muchos municipios, es el caso de
Valdecolmenas de Abajo, Caracenilla, Saceda del Río o Bonilla. En
este último llegó
a entroncar con la familia del que fuera Obispo de Coria (los García
de Galarza), fundando por tanto algunas de las líneas directas como
parentales, capellanías que sirvieron para ensalzar el nombre del
linaje más allá del marco local. Por otro lado, tampoco podemos
obviar que entre los Oliva y de la Fuente se sellaron alianzas
matrimoniales dentro de la misma Peraleja, hecho que demuestra de
nuevo la conexión establecida entre
sendas familias.
David
Gómez de Mora