Entre
los linajes documentados en los libros parroquiales de La Peraleja,
los Catalán y los Escolar, serán dos apellidos que establecerán de
manera paralela una serie de políticas matrimoniales muy parecidas,
que a la par les permitirán
asentarse con garantías durante el trascurso de sucesivas
generaciones entre
varias de las familias acomodadas que había instaladas en La
Peraleja.
Por un lado los
primeros
conformarán una estirpe de labradores que seguiría el modelo
tradicional de crecimiento social que veremos en estas localidades,
proyectando
sucesivamente
a algunos de sus hijos dentro del clero local. Sabemos por ejemplo que
el
protocolo notarial más antiguo de Huete está relacionado con ellos,
por lo que su asentamiento en esta tierra vendría como mínimo desde
tiempos antiguos, remontando su arraigo a finales del medievo. Su
descendencia se integrará en el núcleo de los grandes propietarios,
tal y como sucederá con los Jarabo, Vicente y Hernán-Saiz.
Otro
dato que conocemos, es que en el año 1611, los dos alcaldes que
había en el municipio eran el hidalgo don Juan Suárez de Salinas,
junto con Gregorio Catalán, este último como representante
por el estado llano. Veremos por tanto la distinción de las dos
varas, y que en más de una ocasión supuso un choque de intereses.
Tema que nos gustaría tratar más a fondo en un futuro artículo,
y que como veremos implicará en parte a algunas de las familias de
la pequeña nobleza local. Tampoco podemos obviar el dato procedente
del fallecimiento de María
Catalán, mujer de Francisco Gómez, quien murió en 1679, dejando
un pago de 200 misas. Su hermano era el Licenciado Catalán, no
siendo precisamente el único familiar
que mantendrá un contacto estrecho con el brazo eclesiástico.
El
Ángelus (1857-1859). Jean-François Millet. Óleo sobre lienzo, 66 x
55’5 cm. Museo de Orsay de París, Francia
Por
otro lado, la historia de los Escolar no está del todo definida,
pues desconocemos dónde radica el origen de su progenitor. Sólo
sabemos que el primer allegado aparece súbitamente durante la
primera mitad del siglo XVI en
la ciudad optense, siendo uno de sus descendientes quien marchará
hasta La Peraleja. Al respecto, entre las personalidades más
destacada tenemos a la mujer de Miguel Jarabo Rojo, María de
Escolar. Ésta portaba la sangre de los Suárez de Salinas, Núñez
de Guadalajara y Patiño. Sabemos que los Suárez
Carreño controlaron la alcaldía de la fortaleza de Huete a mediados
del siglo XV, así como los Núñez mantendrán su casa solariega en
la misma localidad. No debemos olvidar tampoco su ascendencia
paterna, pues nos
conduce hasta Julián de Escolar y Catalina Díaz, un matrimonio
oriundo de la ciudad de optense, que a tenor de las referencias y
notas estudiadas en los libros parroquiales, llevaría a pensar en que presumiblemente Catalina estuviese vinculada con la
noble y conversa familia de los Díaz de Montalvo, cuestión que en
un futuro nos gustaría desentrañar.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
* Archivo Diocesano de Cuenca. Libro I de
defunciones de La Peraleja (1586-1614), Sig. 30/14, P. 815
* Archivo Diocesano de Cuenca. Libro II
de defunciones de La Peraleja (1614-1693), Sig. 30/15, P. 816