Sabido es que las creencias
populares tenían un enorme peso en las sociedades de antaño, un rasgo que se
agudizaba en aquellas comunidades que estaban asentadas en zonas rurales, donde
la sensibilidad en lo tocante a temas vinculados con las enfermedades y la
muerte eran una constante que preocupaba y atormentaba a muchas de las personas
en su día a día. Como ya hemos comentado en alguna ocasión, la esperanza
de vida siglos atrás nada tenía que ver con las cifras en las que actualmente
nos movemos. Los avances en medicina han permitido que desde la segunda mitad
del siglo XIX se marcara un punto de inflexión, que paulatinamente iría alargando
y mejorándola. Es por ello necesario imaginarse la dificultad que conllevaba afrontar
un parto, dolencias y malestares sin la disponibilidad de medios que
garantizaran a un paciente que todo podía salir bien.
En Cuenca como en otros tantos
lugares de la península estaba extendida la creencia de ofrecer exvotos con
diferentes imágenes, que tal y como apuntan en su libro Luisa Abad y Francisco
J. Moraleja, se plasmaban en un retrato a través de un lienzo al quedar
reservados exclusivamente a personajes de cierto poder adquisitivo y posición
social, pues “sólo desde la situación
acomodada se podía encargar a un pintor o -exvotista-, la elaboración de estos
cuadros, que, además de testimoniar el acontecimiento gozoso que supone una
sanación, podría servir de excusa para poner de manifiesto una determinada
preeminencia social, a través de la emulación de las grandes familias del Reino
(…). Con ello dejaban constancia pública de su posición dentro de la comunidad
a la que pertenecían” (Abad y Moraleja, 2005, 71).
Hace escaso tiempo, ya dedicamos
un artículo a una de las familias que precisamente harán uso de este tipo de piezas,
concretamente nos referimos al linaje de los Oliva, sobre quienes los citados
autores ya destacarán un cuadro exvoto de una niña llamada María de la Oliva, con
fecha del año 1707, y que se encuentra presente en la capilla de Nuestra Señora
de los Portentos de Villalba del Rey (Cuenca). La obra se confeccionó con
motivo de la curación de la infanta, pudiendo apreciarse en la misma bastantes
detalles, en los que vemos a su protagonista retratada con una serie de
amuletos, además de una representación de la Virgen de Nuestra Señora de los Portentos.
Imagen del cuadro exvoto de María de la Oliva (imagen de Abad y
Moraleja, 2005, 93).
La familia Oliva se
extenderá por diferentes puntos de las tierras de Huete, es el caso de Saceda
del Río, La Peraleja como otras localidades del entorno. A estas alturas ya
nadie discute el papel que ejercieron algunos de los integrantes de estos
grupos rurales, tanto es así que por ejemplo el cronista de La Ventosa
Guillermo Fernández, nos comentó que fruto de sus investigaciones, apreció la
importancia de este apellido al ver que el mismo estaba adscrito al estado
noble, poseyendo incluso su propio escudo de armas. Como solía suceder en
muchas ocasiones, estos apellidos en sus lugares de origen estaban reconocidos
como familias de labradores con recursos, que cuando llegaba el momento en que
alguien de su seno medraba socialmente fuera del territorio, adquirían una
mayor consideración.
Analizando este
apellido entre los apuntes genealógicos que tenemos registrados de diferentes
municipios del área optense, vemos como el origen de la familia probablemente
derivaría de Agustín de la Oliva y su esposa Ana Luengo. No obstante, a falta
de un estudio más exhaustivo, ignoramos por ahora de donde procedían las raíces
del señor Oliva, aunque no cabe duda de que deberían ser inmediatas a esta zona.
Sabemos que ambos
tuvieron varios hijos que casaron en una franja de tiempo muy escasa, así en
1692 lo hacía María de la Oliva Luengo con el tinajero José del Peral, mientras
que en 1693 repetirán idéntica operación sus hermanos Agustín de la Oliva con
Polonia Grande y Tomás de la Oliva con María Culebras.
David Gómez de Mora
Bibliografía:
* Abad González, Luisa y
Moraleja, Francisco J., (2005). “La colección de amuletos del Museo Diocesano
de Cuenca”. Universidad de Castilla-La Mancha, 165 pp.
* Gómez de Mora, David (2020).
“Los Oliva y los de la Fuente en La Peraleja”. En:
davidgomezdemora.blogspot.com