jueves, 23 de julio de 2020

El cuadro exvoto de los Oliva de Gascueña

Sabido es que las creencias populares tenían un enorme peso en las sociedades de antaño, un rasgo que se agudizaba en aquellas comunidades que estaban asentadas en zonas rurales, donde la sensibilidad en lo tocante a temas vinculados con las enfermedades y la muerte eran una constante que preocupaba y atormentaba a muchas de las personas en su día a día. Como ya hemos comentado en alguna ocasión, la esperanza de vida siglos atrás nada tenía que ver con las cifras en las que actualmente nos movemos. Los avances en medicina han permitido que desde la segunda mitad del siglo XIX se marcara un punto de inflexión, que paulatinamente iría alargando y mejorándola. Es por ello necesario imaginarse la dificultad que conllevaba afrontar un parto, dolencias y malestares sin la disponibilidad de medios que garantizaran a un paciente que todo podía salir bien.

En Cuenca como en otros tantos lugares de la península estaba extendida la creencia de ofrecer exvotos con diferentes imágenes, que tal y como apuntan en su libro Luisa Abad y Francisco J. Moraleja, se plasmaban en un retrato a través de un lienzo al quedar reservados exclusivamente a personajes de cierto poder adquisitivo y posición social, pues “sólo desde la situación acomodada se podía encargar a un pintor o -exvotista-, la elaboración de estos cuadros, que, además de testimoniar el acontecimiento gozoso que supone una sanación, podría servir de excusa para poner de manifiesto una determinada preeminencia social, a través de la emulación de las grandes familias del Reino (…). Con ello dejaban constancia pública de su posición dentro de la comunidad a la que pertenecían” (Abad y Moraleja, 2005, 71).

Hace escaso tiempo, ya dedicamos un artículo a una de las familias que precisamente harán uso de este tipo de piezas, concretamente nos referimos al linaje de los Oliva, sobre quienes los citados autores ya destacarán un cuadro exvoto de una niña llamada María de la Oliva, con fecha del año 1707, y que se encuentra presente en la capilla de Nuestra Señora de los Portentos de Villalba del Rey (Cuenca). La obra se confeccionó con motivo de la curación de la infanta, pudiendo apreciarse en la misma bastantes detalles, en los que vemos a su protagonista retratada con una serie de amuletos, además de una representación de la Virgen de Nuestra Señora de los Portentos.

Imagen del cuadro exvoto de María de la Oliva (imagen de Abad y Moraleja, 2005, 93).

La familia Oliva se extenderá por diferentes puntos de las tierras de Huete, es el caso de Saceda del Río, La Peraleja como otras localidades del entorno. A estas alturas ya nadie discute el papel que ejercieron algunos de los integrantes de estos grupos rurales, tanto es así que por ejemplo el cronista de La Ventosa Guillermo Fernández, nos comentó que fruto de sus investigaciones, apreció la importancia de este apellido al ver que el mismo estaba adscrito al estado noble, poseyendo incluso su propio escudo de armas. Como solía suceder en muchas ocasiones, estos apellidos en sus lugares de origen estaban reconocidos como familias de labradores con recursos, que cuando llegaba el momento en que alguien de su seno medraba socialmente fuera del territorio, adquirían una mayor consideración.

Analizando este apellido entre los apuntes genealógicos que tenemos registrados de diferentes municipios del área optense, vemos como el origen de la familia probablemente derivaría de Agustín de la Oliva y su esposa Ana Luengo. No obstante, a falta de un estudio más exhaustivo, ignoramos por ahora de donde procedían las raíces del señor Oliva, aunque no cabe duda de que deberían ser inmediatas a esta zona.

Sabemos que ambos tuvieron varios hijos que casaron en una franja de tiempo muy escasa, así en 1692 lo hacía María de la Oliva Luengo con el tinajero José del Peral, mientras que en 1693 repetirán idéntica operación sus hermanos Agustín de la Oliva con Polonia Grande y Tomás de la Oliva con María Culebras.

David Gómez de Mora

Bibliografía:
* Abad González, Luisa y Moraleja, Francisco J., (2005). “La colección de amuletos del Museo Diocesano de Cuenca”. Universidad de Castilla-La Mancha, 165 pp.
* Gómez de Mora, David (2020). “Los Oliva y los de la Fuente en La Peraleja”. En: davidgomezdemora.blogspot.com

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).