Antaño en la Alcarria, como en
otros tantos puntos de nuestra geografía, las familias de las zonas rurales intentaban
proyectarse a través de la posesión de un patrimonio agrícola, que
correctamente administrado y con aspiraciones de poder ampliarse, podía ayudar en
la formación de alguno de los hijos en el momento de realizar una carrera
religiosa. La consecución de una capellanía era casi un requisito vital para emprender
una mejora en la calidad de vida de todo un linaje, puesto que la representación
de uno o varios vástagos dentro de la Iglesia, no sólo reportaba caché y
reputación a todos los integrantes del clan, sino que también la garantía de que
un miembro constantemente pudiese rezar por la salvación de las almas del
purgatorio de sus seres queridos, algo tremendamente valorado en una sociedad
católica y tradicionalista como la aquí existente.
Valdemoro del Rey
Fenómeno similar le
ocurrió a los García de Valdemoro, quienes se moverán entre este lugar y la
localidad de Saceda allá por la segunda mitad del siglo XVI. Aquellos
labradores comenzaban a dar el salto en municipios colindantes, extendiendo su
sangre con parientes que guardaban unas características sociales paralelas. En
este sentido María García, quien en primeras nupcias casó con Juan Martínez, y
que según nuestra hipótesis genealógica, bien podría ser el hijo de los señores
Juan Martínez y María Saiz que tenemos anotado en nuestros apuntes, y cuyo bautizo
fue celebrado durante el año 1573. Recordemos que el supuesto padre (Juan
Martínez -el viejo-), era hijo de Gonzalo Martínez “Unda” y María López-Lobo,
tronco del que nacerá el relato de la leyenda sobre los orígenes del linaje
noble de los Martínez Unda.
Genealogía
de los García-Baquero de Portalrubio junto con la de los García de Saceda del
Río y Valdemoro del Rey. Apuntes de la genealogía familiar
Suponemos que de ser así, María
García intentaría encontrar un matrimonio de acorde a su condición una vez que
enviudó, no siendo casual que su segunda nupcia fuese con un labrador de
recursos como Francisco García-Vaquero, cuya familia portaba un apellido que
reclamará reconocimiento de nobleza tiempo después. El parentesco entre ambos
era muy estrecho, pues de acuerdo a su dispensa matrimonial sabemos que la
relación de consanguinidad entre ambos era de un tercer y cuarto y segundo y
tercer grado, lo que los convertía en primos por varios costados.
El hermano de María era el
licenciado Asensio García (presbítero en Valdemoro). Los padres de ambos eran
Asensio García y María García, quienes también residían allí, no obstante, los
abuelos paternos procedían de Saceda, pues Asensio García, había casado con
Quiteria de la Fuente, lo que nos lleva a pensar en que la familia asentada en
Valdemoro era la procedente de la madre del licenciado y su hermana.
Los enlaces de la familia de
María no serán casuales, pues además de los García-Vaquero, habría que añadir
los Saiz-Mateo, otra de las casas mejor posicionadas del municipio. Y es que la
tía del padre de María, era la esposa de Alonso Saiz Mateo, fruto de cuyo
matrimonio nacería el licenciado Alonso, quien fundó uno de los vínculos más
importantes de la localidad durante el año 1605.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
* Archivo Diocesano de Cuenca.
Dispensa matrimonial entre Francisco García y María García
* Archivo Parroquial de Huete.
Libro I de matrimonios de Saceda del Río (1565-1601)
* Archivo Parroquial de Huete.
Libro II de matrimonios de Saceda del Río -incluye bautismos- (1601-1621)