miércoles, 17 de mayo de 2023

El clero de Verdelpino de Huete entre la seguda mitad del siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII

En tiempos del Catastro de Ensenada, es decir, trascurrido el ecuador del siglo XVIII, se dice sobre Verdelpino de Huete que la localidad tenía “cuatro eclesiásticos, sacerdotes, en que se incluye el prenotado señor párroco, y un tonsurado, con capellanía colativa de ánimas, fundada en la villa de Valdecolmenas de Arriba”. Cierto es que la representación del clero no era pequeña si nos atenemos a las cifras de lugares que veremos en la zona, aunque nunca a la altura de puntos donde la proporción era exagerada como veremos en el caso de Saceda del Río. No olvidemos que la familia Alcázar pudo permitirse la formación de muchos de sus integrantes, lo que se tradujo en el ingreso dentro del Santo Oficio y el Priorato de Uclés de diferentes de sus hijos a lo largo de los años.

Respecto a los nombres y apellidos de la mayoría de sacertodes que veremos dentro de los libros sacramentales de la localidad, no cabe duda que nos hallamos ante miembros de un bajo clero, cuyas familias en el caso de ser nativas se encuentran entre las más destacadas de la localidad.

Sus integrantes era gente procedente de casas de campesinos con recursos y profesiones liberales, que gozaban de una cierta calidad de vida en el lugar, representando una parte de esa mesocracia o burguesía local que desde hacía varias centurias tenía un papel destacado en este tipo de espacios geográficos donde al margen del señor del lugar, como los Silveyra y que estarán desvinculados del lugar, veremos familias de la nobleza local, que en generaciones atrás procedían de esa mesocracia que había retenido un patrimonio que les permitirá una serie de ganancias con el trascurso del tiempo.

Muchos de estos religiosos intentarán proyectarse y mejorar su posición dentro de una carrera religiosa que siempre miraba más allá del pueblo, donde la consecución de un beneficio eclesiástico era muy importante para desempeñarla con éxito.

Cierto es que en localidades como la que nos atañe, había una formación que desde el punto de vista teológico favorecía una relajamiento de las costumbres católicas, de ahí que en ocasiones hubiese diferencias en la forma de entender o interpretar una mentalidad donde la superchería estaba extendida entre muchos de los vecinos del lugar.

La importancia del análisis del clero secular para acercarnos a la comprensión de aquella sociedad ruralizada, resulta esencial, ya que representaba uno de los principales grupos de poder que veremos por aquellos tiempos en enclaves como este.

No olvidemos que en Verdelpino, y que históricamente por su proximidad se ha insertado dentro del espacio de poder de la ciudad de Huete, las familias intentarán insertar las líneas fuertes de la casa, para que si socialmente pretendiesen mejorar su estatus, estas gozaran de mayores garantías de prosperar con éxito.

Por aquel entonces Huete era una auténtica manifestación de fervorosidad religiosa, contando con muchas iglesias, además de convento y monasterio. La explosión barroca que se vivirá en esta localidad, es una muestra de ese poderío alcanzado, y que nunca más volverá a repetirse, marcándose un punto de inflexión, que del mismo modo afectará a toda la órbita de enclaves rurales que se posicionarán a su alrededor.

Y es que para comprender la evolución de pedanías y municipios como Saceda del Río, Caracenilla, la referida Verdelpino, la hoy desaparecida Carrascosilla, y otras más apartadas como La Peraleja e incluso Villarejo de la Peñuela, es imprescindible tener en cuenta la historia de esta ciudad, así como de los barrios más dinámicos que permitieron el afianzamiento de una élite que acabará apoyando su estatus desde dentro de los grupos de poder que allí estaban afincados.


David Gómez de Mora

Cronista Oficial de Verdelpino de Huete

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).