miércoles, 3 de mayo de 2023

Tradición y religiosidad en las zonas rurales siglos atrás

Analizar el cambio y modo de pensamiento de nuestros antepasados es indispensable para comprender de qué manera ha ido variando la forma la vida de unas sociedades, que especialmente en las zonas rurales, estaba estrechamente conectada con la devoción cristiana. 
 
Sabemos que la Iglesia se encontraba cohesionada con una monarquía, cuya existencia se apoyaba en la gracia divina, y por tanto fortalecía mutuamente ambos estamentos. Mientras tanto, en las zonas rurales, la población era muy respetuosa con las costumbres y tradiciones, hecho que se desprende de las festividades y hábitos que se irán impregnando generacionalmente entre sus gentes. 

Recordemos que la documentación parroquial es sin duda una herramienta indispensable con la que el investigador puede efectuar una radiografía social del momento, donde las disposiciones establecidas desde el clero o las indicaciones que se recogen en las visitas parroquiales (y que no cabe la menor duda que en pequeñas localidades eran todo un acontecimiento que agolpaba al pueblo), explican la importancia que jugaban los sermones, o la preocupación existente por la salvación del alma, además de las consecuencias que comportaba el apartarse de los preceptos morales y que alejaban a esas personas de unos valores recibidos, indispensables para un correcto funcionamiento de aquella sociedad.


En los libros de cofradías y fábrica se refleja una parte de las actividades y festividades del creyente. Hermandades o cofradías como la de las ánimas que buscaban sacar cuanto antes el alma del difunto del Purgatorio o la de la Vera Cruz (esta enfocada más desde una funcionalidad de tipo penitencial), estaban presentes en buena parte de los municipios de nuestra geografía. Igualmente, en los testamentos podremos leer la importancia que tenían determinadas peticiones en el momento de despedirse a una persona, especificándose como debía de ser su traslado hasta la tumba, además de la importancia de la celebración de novenarios, responsos y vigilias. 

No olvidemos que las cofradías rezaban por aquellos cofrades como vecinos más necesitados que no contaban con recursos, pues tal y como presenciamos en los libros de protocolos notariales, la gente más humilde nunca aparecerá en estos al no tener bienes que repartir entre sus familiares. Sobre las obligaciones de las hermandades, estas gestionaban los pagos de cofrades y limosnas, garantizando el rezo por las almas de integrantes difuntos, además de controlar y comprar productos necesarios para desarrollar sus actividades, tales como aceite y cera. Las procesiones en determinadas épocas del año, la recaudación y colecta de bienes que eran donados por los feligreses, el paso del cepillo, los pagos anuales y otras actividades serán primordiales para el mantenimiento de una forma de vida que siempre fue respetuosa con la fe. 

 David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).