jueves, 25 de mayo de 2023

La Pequeña Edad de Hielo en el territorio conquense

Denominamos con las siglas P.E.H. (Pequeña Edad de Hielo), a un período climático caracterizado por un descenso de las temperaturas, y que se extendió a grandes rasgos en un espacio cronológico de varios siglos (concretamente desde el XIV hasta el XIX), en diferentes escalas y lugares de nuestro planeta, pero que en el caso que ocupa nuestro territorio, este se notaría con mayor influencia entre los siglos XVI-XVIII, de ahí que existan autores que lleguen a enmarcarlo como una especie de descenso de las temperaturas extendido durante el barroco, que se manifiesta a través de pleitos y problemas originados por la escasez de recursos (especialmente en la estación invernal), donde el investigador percibe parte de una problemática histórica y climática, que a pesar de haberse comenzado a estudiar durante las últimas dos décadas, sigue ofreciendo aspectos de interés que pueden aportarnos mayor información al respecto.

Apreciamos como en regiones septentrionales de Europa, su manifestación fue más temprana, mientras que en otros puntos del continente, su desarrollo acabó llegando más tarde. De sus repercusiones, hay múltiples anécdotas, que nos sirven para reflejar las diversas formas de afección, que tuvo al mismo tiempo, en unos y otros puntos de Europa.

No podemos pasar por alto una conferencia efectuada el 8 de abril de 2019 por el Doctor Pedro Miguel Ibáñez, en la Sala Capitular de la Catedral de Cuenca, y que llevaba por título: “La Pequeña Edad de Hielo en la Catedral. Clima y Arquitectura”, en la que su autor expone como las particularidades climáticas de este periodo se acabaron imponiendo sobre la evolución constructiva de algunas partes de este edificio religioso y emblemático de la ciudad.

En este sentido, tenemos ejemplos como la nevada temprana de 155o, cuando el 20 de septiembre de ese año cayó una fuerte nevada en Cuenca, así como otros episodios históricos climáticos que por su intensidad se percibieron en las dos centurias siguientes.

El sellado del claustro del Convento de San Pablo en Cuenca o el claustro de la Merced de Huete por cuestiones térmicas (al haber de protegerse del frío durante el siglo XVIII), son ejemplos que cita Pedro Miguel (2019). Añade el autor el caso del intento de la transformación de la capilla honda de Cuenca, cuando se propuso el cubrir su precioso techo con un cielo raso o bóveda, para así calentar la estancia.

La apertura de ventanas en determinadas secciones de la Catedral de Cuenca (para una mayor entrada de luz solar que calentara el edificio), así como el propio claustro cuando se planteó cerrar o el aprovechamiento inferior de la capilla honda, son otros tantos casos más.

Estas adaptaciones arquitectónicas vendrán a ser una manifestación que se dejará sentir en la economía agropecuaria de nuestros antepasados, y que también podemos percibir en las crisis y temporadas de malas cosechas, con los respectivos incrementos de mortalidad que apreciamos en las series de los libros de defunciones de las parroquias de aquellos municipios que hemos estudiado.


  

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En el caso de Aragón, si nos vamos a la provincia de Teruel, a más de uno le habrá llamado la atención saber que durante los momentos de mayor dureza de la P.E.H., municipios como Griegos (ubicado en la comarca de la Sierra de Albarracín), podía encontrarse durante varios meses incomunicado como consecuencia de la nieve que quedaba acumulada en el lugar, puesto que las temperaturas y el régimen de nevadas, imposibilitaban cualquier labor encaminada a aliviar del hielo este entorno de singular belleza.

Incluso las localidades costeras no llegaban a librarse de la influencia de este fenómeno, pues municipios que tenemos estudiados, como el caso de Vinaròs, sabemos que a lo largo de este período sus temperaturas mínimas pasarán a acentuarse de modo considerable, dándose pie al desarrollo de distintas problemáticas, originadas por la escasez de recursos, como consecuencia de la modificación de los patrones climáticos.

También parece no ser un fenómeno casual, que sea en este preciso momento, cuando se acentúe la crisis de la actividad salinera del Golfo de Valencia, entre los siglos XVI y XVII (2).

De las mínimas históricas que pasarían a formar parte de nuestros anales, Font Tullot dejó notas de interés, como las referentes a las diversas olas de frío que se intensifican durante la segunda mitad del siglo XVI: “punto aparte merece el mencionado severo invierno de 1572-1573, durante el cual hay que destacar entre otros acontecimientos: la gran nevada que el 29 de diciembre cayó en Alicante, nevando también luego en Córdoba; los estragos causados por el frío en la agricultura y ganadería de Cataluña; la helada del Ebro en Tortosa en el mes de enero; y los intensos fríos en Levante y en Baleares, donde también hubieron nevadas. Durante este invierno la Península cayó bajo los efectos de una masa de aire de origen siberiano que afectó principalmente a la vertiente mediterránea” (3).

Ahora bien, dejando de lado datos y fechas, una cuestión que también debe de interesarnos, es la referente al origen y las causas que explican la génesis de la P.E.H.

Existen diversas teorías, entre las que cabe destacar aquella que atribuye este descenso planetario de las temperaturas, como resultado de las potentes erupciones volcánicas que se generaron por aquellas fechas. Así, un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Colorado Boulder, cree que el destacable frío del momento, pudo verse favorecido por las importantes erupciones volcánicas que desde el trópico, generaron una gran emisión de sulfatos y partículas hacía la atmósfera que reflejaban la luz hacía el espacio, de modo que ello afectó al clima, con las consecuentes variaciones en las corrientes marinas y masas de hielo planetarias (4).

Otra explicación, es aquella que se fundamenta en la teoría de los ciclos solares. Según los datos analizados por un equipo de investigadores de la UAB y diversas universidades americanas, la incidencia de los ciclos solares fue más importante de lo que hasta el momento se ha creído para resolver el complejo significado de lo que fue la Pequeña Edad de Hielo (5).

El principal elemento de peso, es que se ha conseguido demostrar que durante este periodo hubo máximos de avance glaciar, que coinciden perfectamente con las fases mínimas del ciclo solar. Pues durante estos siglos, el frío posiblemente fue el factor más importante que determinó buena parte de la evolución de nuestro medio, así como de la posición de la línea de playa.

David Gómez de Mora



Referencias:

(1) Conferencia efectuada el 8 de abril de 2019 por el Doctor Pedro Miguel Ibáñez, en la Sala Capitular de la Catedral de Cuenca, y que llevaba por título: “La Pequeña Edad de Hielo en la Catedral. Clima y Arquitectura”. https://www.youtube.com/watch?v=W-i-ygRqNKQ&t=2505s

(2) Mateu Bellés, J. F.; Sanchis Ibor, C. y Ferri i Ramírez, M. (1999). El Golf de València durant els segles XVI i XVII. Cambis Ambientals. 367-374 pp. Geoarqueología i Quaternari litoral. Memorial María Pilar Fumanal. Universitat de València. Departament de Geografia.

(3) Font Tullot, I. (1988). Historia del clima en España. Cambios climáticos y sus causas. Instituto Nacional de Meteorología. 297 pp. Madrid.

(4) De Jorge, J. (2012). El enigma de la Pequeña Edad de Hielo de la Tierra. ABC, ciencia (31-1-2012)

(5) Rull del Castillo, V. (2006), La Pequeña Edad de Hielo, ¿causada por un mínimo en el ciclo solar? Revista de divulgación científica de la UAB. Univesitat Autónoma de Barcelona. Barcelona

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).