lunes, 12 de mayo de 2014

La nieve en Vinaròs el 7 de diciembre de 1883

Sabemos que el invierno es la estación del año en la que Vinaròs tiene más posibilidades de ver como en sus calles se produce una precipitación de cristales de hielo. No obstante, el otoño es otra época, que a pesar de resultar más rara para observar este tipo de fenómenos meteorológicos, en ocasiones puede darnos más de una sorpresa.

Un hecho que sucedió durante los primeros días de diciembre de 1883, cuando un fuerte temporal que sacudió nuestra península, produjo numerosos episodios de nevadas, en zonas tan poco comunes como la cota cero.

En aquel entonces, esta localidad sufriría un año bastante duro desde el punto de vista climático, tanto que incluso poco antes del comienzo de la primavera, el frío venía arrastrándose con intensidad desde finales de 1882.

Por ejemplo, el marzo de 1883, se recuerda como un mes gélido, que despuntó por sus registros de mínimas con respecto a los de cualquier final de invierno. El causante fue una entrada de masa de aire polar marítima, que hizo desplomar los termómetros hasta temperaturas muy por debajo de los cero grados, incluso en zonas costeras como la nuestra.

Obviamente, ello no fue todo, y antes de que transcurriera el año, la primera quincena de diciembre, volvería a pasar a la historia con motivo de la nevada caída en buena parte del país.

Sabemos por la prensa de la época, que Vinaròs sufrió un fuerte temporal acompañado de nieve durante el día 7 de diciembre, un fenómeno que obviamente se extendió del mismo modo por buena parte de la geografía nacional.

Así, en el diario “La publicidad”, con fecha del 8 de diciembre de 1883, se señala que “una extensa nevada cogió ayer gran parte de Cataluña. En esta ciudad fue poco intensa, pero las alturas circunvecinas quedaron cubiertas de nieve apareciendo completamente blancas todo el día [...] empezó a nevar a las 8 de la mañana y terminó a las 2 de la tarde. Después de nevar el frío se hizo más sensible y alcanzó un límite poco común en Barcelona”, a continuación sigue describiendo con una mayor claridad el fenómeno en la sección meteorológica, donde se indica que “ayer se presentó un temporal de nieve que abrazó casi todas la región catalana [...] tenía la capa de nieve caída 6 centímetros, a las 4 de la tarde, continuando la nevada [...] los vientos fueron violentos en Barcelona continuando su dirección N.O.” (La publicidad, 8-12-1883).

En lo que concibe a nuestro municipio, podemos leer la siguiente crónica del suceso a través de una cita procedente del periódico del Mediterráneo. Según el artículo de prensa que recoge María Teresa Badía, este episodio tormentoso se combinó con una notable caída de nieve: “...En la playa, el mar alborotado había crecido considerablemente y había inundado las playas de San Telmo, San Agustín, Barranco, Santa Magdalena y las Almas. Del contramuelle han desaparecido más de 60 metros de la punta, y arrebatando el mar las grúas. El adoquinado ha desaparecido dejando agujeros donde caben más de 2000 quintales de piedra. Algunos curiosos que se acercaron al muelle fueron arrojados al mar salvándose milagrosamente. Muchos barcos y vapores habían logrado refugiarse en los Alfaques”, (Badía, 18-12-1883, Mediterráneo).

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).