lunes, 12 de mayo de 2014

La relación entre mínimos solares y sequías extremas. Una hipótesis según el caso aplicado de Vinaròs

En la actualidad, el paralelismo que guardan los registros de los escasos números de manchas solares contabilizados en épocas de un mínimo solar, respecto a fases climáticas caracterizadas por la bajada de las temperaturas, está siendo un tema de estudio, que abre la puerta a multitud de teorías e hipótesis, que en realidad nos vienen a demostrar, la complejidad de los factores que interactúan en el comportamiento del clima. Una cuestión que ya podría haber ocurrido entre el Mínimo de Maunder y la Pequeña Edad de Hielo. No obstante, un elemento que va más allá, y que aquí nos gustaría plantear, es el de si en una fase de la caída de las temperaturas, puede dispararse el riesgo de sequías extremas.

Concentración de las sequías extremas en fases de mínimo solar para el municipio de Vinaròs.

Por ahora, comenzamos a tener indicios que podrían orientarse en esa dirección. Un argumento de interés, que no sabemos si se cumple por razones casuales o lógicas, pero que evidencia cierta relación con los datos que poseemos de la climatología antigua de Vinaròs. Pues, gracias a la recolección cronológica que nos ofreció en su obra Historia de Vinaròs, J. M. Borràs Jarque (durante el año 1929), tenemos constancia de las sequías extremas vividas en este municipio, desde finales del siglo XVII hasta principios del XX.


La fuente directa que nos permite averiguar la fecha de la ocurrencia de cada uno de estos episodios, se encuentran en las rogativas de agua que se celebraban en nuestra población. Así, en esta localidad (como en otras muchas) cuando un periodo de escasez de lluvias se prolongaba de una forma poco habitual, inmediatamente el pueblo se dirigía hacia algún santo o patrón local, para que éste convirtiese en agua sus plegarias.

En este sentido, analizando los datos que poseemos, tal y como hemos dicho anteriormente (fuese o no por razones casuales), se comprueba como durante la fase final de la Pequeña Edad de Hielo (y que se enmarca dentro del mínimo solar de Maunder), se dispara la aparición de sequías extremas, que se convertirán durante las dos últimas décadas del siglo XVII y principios del XVIII, en un quebradero de cabeza para el campo vinarocense, es el caso de algunas de las acontecidas, como en 1682, 1687, 1690, 1696, 1698, 1700 o 1702. Un fenómeno que aparentemente no vuelve a repetirse con la misma intensidad hasta la llegada de los últimos años del siglo XVIII y primeras dos décadas del XIX, justo cuando de nuevo los habitantes de Vinaròs viven uno de los periodos de sequías más intensos de su historia (y que precisamente hay que enmarcar dentro del desarrollo del mínimo solar de Dalton), en esta ocasión con algunas muy críticas, como las de 1791, 1803, 1809 o 1816 (entre otras). 

Dicho esto, cabe realizarnos la pregunta, de si en realidad estos fenómenos guardan una relación directa entre ellos, y por lo tanto, del mismo modo que una bajada del número de las manchas solares puede vincularse con un periodo de la caída de las temperaturas, éste último pueda hacerlo con la aparición de largos intervalos de sequías. Para esclarecer o desechar esta hipótesis, sería necesario investigar más a fondo registros históricos de diferentes zonas geográficas, y de esta forma, ver si podría consolidarse un patrón más generalizado, que a priori siguiera la pauta del caso planteado para Vinaròs.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).