lunes, 12 de mayo de 2014

Santa Bárbara y el granizo en Vinaròs

El temor a las tormentas y los consecuentes riesgos que estas pueden provocar, ha sido un tema de preocupación que siempre ha perseguido al ser humano, seguramente desde los primeros momentos de su existencia.

Un hecho, que cobra más fuerza, cuando hablamos de elementos cuyo origen siglos atrás era desconocido, y por lo tanto atribuido a las divinidades o entes sobrenaturales.

Todo ello, ha derivado en diferentes interpretaciones, que cada pueblo (dependiendo de su cultura o religión), conseguiría materializar a través de imágenes, encargadas de proteger a la sociedad ante riesgos que podían acecharles de modo repentino y sin previo aviso.

En ese sentido, y dentro del cristianismo, Santa Bárbara, ha jugado un papel muy importante en lo referente al peligro que contrae el desarrollo de una situación de inestabilidad atmosférica.

Así, la creencia popular señala que esta imagen se invoca para paliar la aparición de tormentas con actividad eléctrica (rayos) o fuertes vientos, no obstante, también se incluyen las lluvias de hielo o “pedregaes”, tal y como las denominamos en Vinaròs.

Es por este motivo que en nuestro folklore popular, todavía se recuerdan diferentes refranes u oraciones, que relacionan la acción salvaguardadora de esta con las temidas granizadas.

Esta preocupación ante el temor de la ocurrencia de una precipitación de este tipo, es algo que en la actualidad todavía puede apreciarse. Un argumento perfectamente comprensible siglos atrás, en poblaciones cuyo único sustento económico eran los campos de cultivo, pues los frutos u hortalizas que se recolectaban, muchas veces eran el único recurso con el que una familia podía sobrevivir en su día a día.

Muchas personas, decían que el origen del granizo, venía ni más ni menos que del mismo Satanás. Cuestión que repercutía de forma decisiva, en la búsqueda de algún santo, encargado de luchar contra la ira del demonio.

A raíz de ahí, comienzan a surgir diferentes oraciones y refranes, que dependiendo del enclave al que nos dirijamos de la geografía peninsular, derivarán en unas u otras expresiones. En este aspecto, sabemos que las gentes de antaño recurrían de forma muy habitual a través de plegarías, a la acción de Santa Bárbara, para así prevenir la ocurrencia de lluvias de granizo.

Resulta interesante destacar que todavía tenemos algunas frases que son empleadas por las gentes de Vinaròs. Entre las que destacamos las dos más famosas:

- “Santa Bàrbara bendita, que ens guarde la collita”. Recuerda la acción protectora de esta imagen ante el riesgo de una tormenta que puede echar al traste las cosechas de la temporada.

- “Només s' enrecorda de Santa Bàrbara quan trona”. En este caso, se trata de una crítica a aquellas personas que sólo veneran o se acuerdan de la Santa en los momentos más complicados.

Pero, ¿y qué hay de Santa Bárbara en Vinaròs?. Lo cierto es que algunas personas desconocen que una de las vías perpendiculares que desemboca en la transitada calle del Pilar, se encuentra dedicada bajo la advocación de esta Santa que ya no sólo lucha contra las tormentas, sino que también es la patrona de los mineros, pirotécnicos y artilleros, debido a que estos manejan explosivos, un elemento que ha sido relacionado con la leyenda del rayo que mató al padre de Santa Bárbara.


David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).