Los Checa son uno de los linajes
que mejor conocemos, ya que su llegada a la localidad se produce en un período
en el que comienza a aflorar la documentación eclesiástica. Hasta la fecha no
hemos podido precisar su origen, aunque cronológicamente habría que situarlo
aproximadamente a finales del siglo XVI, cuando su progenitor, Alonso de Checa,
dejará una serie de descendientes, que desde la primera generación comenzaron
entablando matrimonios con familias importantes del lugar, es el caso de su
vástago Juan, quien casó con Isabel López (hija del alguacil mayor), por citar
algún ejemplo.
Esto no sería un hecho aislado,
pues si analizamos a fondo su genealogía veremos como volverán a estrechar
lazos continuamente con la casa de los Crespo o la línea local de los Ruiz de
Alarcón, además de los López. Un conjunto de estrategias matrimoniales que sin
ninguna duda fueron favorables a su asentamiento y posterior consolidación en
el municipio.
Durante el siglo XVIII la familia
continuó creciendo, realizado ya uniones con personas foráneas, es el caso de
uno de los hijos de Juan de Checa y María de Crespo, Alonso de Checa y de
Crespo, quien celebró nupcias con María Antonia Ruiz Serrano-Gil (ésta nieta
materna de Juan Serrano Gil y María Saiz de la Blanca), gente muy conocida en
la comarca (especialmente en Valera de
Abajo), puesto que llegaron a ser noticia en la Gaceta de Madrid del 14 de
junio de 1707, a raíz de su involucración en la guerra de sucesión, cuando el
mencionado abuelo de María Antonia, siendo Regidor de la villa de Valera de
Abajo, fue colgado en la horca por su oposición a las hordas sublevadas,
fenómeno que motivó a que su esposa hubiese de acabar refugiándose en la corte
de Madrid durante un tiempo, con una paga de cinco reales diarios.
La familia Checa sabía muy bien
lo que hacía dentro de su política matrimonial con los Crespo, pues
consiguieron sacar rédito de la capellanía fundada por el Licenciado Miguel
Sánchez, y que representaba una de las más prolíferas del pueblo (una
producción de unos 226 almudes de trigo).
Imagen
de Piqueras del Castillo. Verpueblos.com
Recordemos que Juan de Checa al
casar con María de Crespo, volvía a iniciar una relación estrechísima en
términos de consanguinidad, pues ambos eran primos. Un fenómeno que no era
casual, ni tampoco la primera vez que se producía, pues reportaba una mayor
concentración de los bienes para la familia, reforzándose así las posibilidades
de tener un hijo párroco con sus estudios pagados. Esta operación consiguieron
materializarla más adelante, pues sabemos que en 1753 don José de Checa y
Crespo era poseedor de esta plaza.
Como decíamos, la familia se
integró con facilidad, así uno de los nietos del progenitor, Pedro de Checa, ya
fue nombrado mayordomo de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario,
permitiendo que sus hijos se casaran con las principales líneas de la familia
López, tal y como vemos con Juan de Checa, quien lo hizo en 1693 con Quiteria
López (bisnieta del que fuera alguacil mayor).
Poco a poco éstos fueron
adquiriendo posesiones agrícolas, de modo que si en el siglo XVIII algunas
líneas comenzaron a tener labradores con disponibilidad de tierras, durante el
siglo XIX sus políticas endogámicas con familias como los Ruiz, favorecieron
todavía más su calidad de vida. Tenemos referencias sobre defunciones de
interés que merece la pena destacar, es el caso de Juan de Checa, quien en 1675
mandó un total de 110 misas, o Pedro de Checa, que trece años más tarde lo
haría con pago de 95 misas. Como dato curioso, mencionar que en 1706 fue
hallado muerto de “una puñalada grande” Alonso de Checa, vecino que en ese
momento era mayordomo de la Iglesia del pueblo.
David
Gómez de Mora
Referencias:
* Apuntes genealógicos de la
familia Gómez-de Mora y Jarabo. Inédito