Entre las varias familias de
labradores existentes en este enclave de la Alcarria Conquense, no podemos
pasar por alto el caso de los Muñoz y los Felipe. Dos linajes estrechamente
relacionados, especialmente en la centuria que nos ocupa. Los primeros eran en
su mayoría propietarios agrícolas dedicados al cultivo de la vid, hecho que
ayudará a crecer a varias de sus líneas, permitiéndoles consolidar su economía
familiar.
La línea de Juan Muñoz (marido de
Ana Moreno), prosperó de forma remarcable. En este sentido tenemos constancia
de que su nieto Juan Muñoz Rodríguez, falleció en 1681 con pago de 300 misas,
un personaje que como la mayor parte de su prole, gestionaba y trabajaba la
tierra de su antepasados. Su madre Catalina Rodríguez, moriría sólo seis años
antes que él con una manda de 320 misas.
Por lo que concibe a los Felipe, éstos aprovecharon
su apellido por encontrarse en determinados puntos de la provincia conquense bajo
una adscripción al ámbito nobiliario. No sabemos si por ello, u otra serie de
características, la familia pudo vivir bastante bien, consiguiendo proyectarse durante varios siglos, entablando relaciones
con gente como los Martínez-Unda o los López-Lobo, y que, en períodos diferentes,
debemos de considerar como las casas de sacedeños más ricas de la historia del
municipio.
Relación
genealógica de los Muñoz y los Felipe de Saceda. Genealogía familiar
No hemos de olvidar que los Muñoz estaban
asociados con los Felipe, hecho que comprobamos en diferentes matrimonios, nada
extraño si tenemos en cuenta sus muchos paralelismos en común. Sabemos que los
Felipe se asentaron a principios del siglo XVII en Carrascosilla, casando Gregorio
Felipe con Catalina de Culebras, otra familia del ámbito local que no
deberíamos obviar. Los padres de Catalina eran Martín de Culebras (mayordomo de
la Iglesia de Carrascosilla y padrino de la familia de los Señores del lugar),
y Librada de Miguel. Martín falleció en 1629 con una manda total de 219 misas.
Tenemos constancia por la documentación parroquial de Carrascosilla que éste
tenía una relación muy estrecha con la nobleza local de la pequeña aldea,
siendo en muchas ocasiones el encargado de gestionar su patrimonio, ya que los
Graciano pasaban buena parte del año en Huete.
Entre estas familias, como la gran
mayoría de labradores que poseían propiedades, se solían legar vínculos a un
receptor a cambio de misas, y de las que había de garantizar su celebración,
para así salvar del purgatorio al alma de su donante. Al respecto, Ana Felipe
(esposa de Francisco López-Lobo), entrega a su hermana Isabel la fundación de
una viña, a cambio de una misa el día de su onomástica.
David Gómez de
Mora
Referencias:
*Apuntes de la genealogía familiar. Inédito