Una de las familias que cobró
cierto protagonismo en el antiguo Saceda fue la casa de los Febrero, un pequeño
linaje con representación en varios oficios de tipo gremial, y que
enriquecieron el variopinto tejido laboral con el que contaba este pueblo hace
unas cuatro centurias atrás.
El origen de los Febrero podría apuntar
hacia Langa, cuando un vecino llamado Marco Febrero, casó a finales del siglo
XVI con una sacedera de la casa de los Martínez-Mañas. Desconocemos si este hombre
fue realmente el primero en llegar, pues por la misma fecha hay constancia de
otra línea, que como mínimo abre la posibilidad de un parentesco estrechísimo
entre ambos personajes.
Ese “otro” se llamaba Francisco, quien
del mismo modo que Marco, expandió la descendencia de la familia. Francisco Febrero
casó muy probablemente a finales del siglo XVI con María del Ejido,
consiguiendo un enlace satisfactorio para su hija María Febrero, pues ésta
celebró su boda en 1622 con Cristóbal de las Heras, un linaje local de cierta
reputación, ya que había fundado una de las capellanías más antiguas de las que
tenemos constancia en el municipio.
Las estrategias sociales de los
Febrero serán poco contundentes en comparación con las de otras familias, no
obstante sus descendientes continuaron en el pueblo, pues supieron ver las
oportunidades que ofrecía, ya que excepto en momento puntuales, su territorio
no estaba expuesto a la presión señorial, al contrario de lo que pasaba en
otros términos cercanos, consiguiendo además que sus integrantes sellaran
alianzas con gente de cierto peso (los Torrecilla y los Felipe). Estos últimos
eran un linaje de la pequeña nobleza local conquense, y que por lo que respecta
a nuestra franja de estudio, se movieron entre Saceda y Carrascosilla. Valentín Febrero de Alcázar casó en 1665 con María Felipe (siendo hija
de Gregorio Felipe y Ana Romero).
Cuadro donde se ilustra a un tejedor de lienzos,
un oficio que controlaron los Febrero en Saceda del Río. Otterlo,
Króller-Müller Museum, 1884.
Resulta interesante otro enlace establecido
por uno de los nietos de Marco Febrero, concretamente el gestado con Lucía
Garrido Pérez, ésta natural de Mazarulleque y portadora del apellido más popular
de su pueblo (pues estaba reconocido como miembro de la pequeña nobleza local),
cabe matizar que esta solera era sólo de tipo semántico, ya que Lucía en
realidad pertenecía a la línea segundona del linaje, y que por aquellas fechas
se movía a caballo entre las Cuevas y Mazarulleque.
Una de las líneas de Febrero que
progresará de forma satisfactoria será un hijo de Marco, Juan Febrero, casado
con Ana Muñoz Moreno (una familia de labradores con recursos), lo que permitirá
que alguno de sus hijos disponga de bienes, tal y como se intuye por las
referencias que apreciamos en sus partidas de defunción.
A grandes rasgos los Febrero eran
una familia que combinaba el trabajo artesanal con las labores del campo, estando
constantemente en una lucha por mejorar sus perspectivas socioeconómicas, pues
a pesar de no tener un asiento estable hasta que se expande su descendencia en
la primera mitad del siglo XVII, percibimos intentos que abogaban por seguir la
estela de las políticas matrimoniales que habían proyectado a algunas de
aquellas casas, y que a partir de aquel momento ya empezaban a engrandecer la
tenencia de bienes agrícolas.
David
Gómez de Mora
Referencias:
*Apuntes de la genealogía familiar. Inédito