martes, 10 de marzo de 2020

Los Castillo (Señores de Marín y Zarza)



Durante el año 1753 Francisco de Cañas (de 55 años de edad) era el alcalde ordinario de Marín y Zarza, una modesta aldea de escaso número de familias, propiedad de un linaje que en cuestión de varias generaciones había acumulado un patrimonio considerable, los Castillo de Buenache de Alarcón.

El alcalde estando acompañado por Miguel Blanco (50 años) y Juan de Aceta (50 años) peritos evaluadores del terreno y de profesión labradores, junto un par de agrimensores de Albaladejo (1) serán los encargados de responder el famoso cuestionario del Marqués de Ensenada, y en el que se ofrecen datos muy precisos sobre el modelo de producción que existía en este lugar.

Por aquellos tiempos la inmensa mayoría del terreno estaba dedicado al cultivo de secano, pues sólo se producía un almud de regadío para hortalizas, a través del agua de una noria. El municipio era una balsa de aceite, pues tan sólo vivían siete familias.

Además del mencionado espacio de secano, existía una zona de dehesa propiedad de los señores del lugar. Viñas, trigo, avena, cebada, árboles frutales y otros productos conformaban el grueso agrícola de un entorno cercano al Júcar. Un dato de interés es que muchas de las tierras existentes en el término estaban controladas por vecinos de localidades inmediatas, especialmente de procedencia honrubiana.

También se describe un molino harinero de agua de cinco piedras ubicado al lado del Júcar y que pertenecía al Señor (Don Francisco del Castillo y Peiro), arrendado por aquellos tiempos a Matías Mondéjar.

Tal era la escasa presión demográfica, que ni tan siquiera existía un sacerdote local. En cuanto a los trabajadores “sólo hay un jornalero que al día gana cuatro reales, y lo mismo los labradores” (2). No obstante algunos de los vecinos si que poseían ganado (“mulas, asnas, yeguas, vacuno y un poco de cerda y lanar”).

Resulta poco menos que llamativo el caso de esta línea de los Castillo, quienes en lugar de esconder su apellido, hacían alarde del mismo, a pesar de no haberles caído por la línea recta de varón, y es que según su tradición oral, éstos eran descendientes del capitán enterrado en la Iglesia de Arcas, don Francisco de Reyllo Mogrobejo, esposo de doña Francisca Calero y Villanueva. Tal y como se relata en su ejecutoria de hidalguía (3), un hijo de éste, don Bernabé de Reyllo, marchó hasta Buenache, allí celebró su enlace matrimonial con Estefanía de Silva, fruto de cuyo casamiento nacerá don Francisco de Reyllo y de Silva, esposo de doña Andrea del Castillo (ésta perteneciente a la línea buenachera de los Castillo con los que antepondrán el apellido (4)). El hijo de ambos será don Diego del Castillo y Reyllo, fundador de la casa Castillo-Reyllo, y quien ya ejerció como familiar del Santo Oficio, desde donde partirán las líneas más destacadas de la familia. Por un lado su hijo don Pedro del Castillo y Reyllo (marido de doña María Saiz Chicano), quien ejerció como secretario para el Santo Oficio. En cambio, un hermano conocido como el doctor Diego de Reyllo y del Castillo, llegó a ser Prior de la Colegiata de Belmonte. Será el vástago de Pedro y María, quien gracias a una compra en 1667 se hará con el mayorazgo que abarcará el Señorío de Marín y Zarza.

La siguiente generación, y que ya había medrado socialmente de una manera satisfactoria (pues portaba la sangre de los Garcés de Mendoza), se encontraba asentada de forma permanente en la ciudad de Cuenca, controlando desde allí su Señorío ubicado en tierras más meridionales. Al respecto se nos recuerda como “Pedro Joseph del Castillo Reyllo era poseedor del Mayorazgo de su casa y Señorío de las villas de Marín y Zarza, cuya jurisdicción era propia suya teniendo como tenía (mero et mixto imperio) jurisdicción civil y criminal y horca y cuchillo como tal dueño de vasallos que era y en la Iglesia de San Juan de la Ribera donde asistían los vecinos de dichos lugares que era fundación de las dichas casas y familia, y tenían asimismo dicho litigante su asiento preeminente y puestos sus escudos de armas y continuando el lustre de sus antepasados, habían emparentado dicho litigante y su padre y abuelos con otras familias muy nobles e ilustres en los casamientos que habían hecho como la había sido la familia de doña Isabel de Villaviciosa” (5).

En cuanto a la descripción del los dominios de los Castillo, existe una referencia vinculada con la fundación de este mayorazgo, en la que se indica que éste “alinda con la torre de Villanueva y luego sube por la cañada de la Ermita de San Gregorio, quedando fuera a la mano izquierda y prosigue hasta llegar al camino que traen los de Honrubia a mis molinos que llaman de las monjas desde el cual parte por dicho camino adelante y llega el que lleva a Cuenca los de Honrubia por el Quintanarejo al Puente Talayuelas y a la Dehesa que es del Conde de Valverde donde está la peña horadada. Luego se va alindando con la dehesa del Hospital de Santiago de Cuenca hasta llegar al Río Júcar con cuyas villas y lo de ellas anexo y perteneciente como ha declarado me vendió y cobró en renta judicial don Joseph Beltrán de Arnerdo, Alcalde de la Casa y Corte de su Majestad, como consta de la escritura que a mi favor otorgó en la villa de Madrid en 2 del mes de junio de 1667” (6).

Armas de los Castillo. www.heraldica-hispanica.com

Las vecinos de las villas de Marín y Zarza acudían a una modesta Iglesia que tenía como advocación San Juan Bautista. Sabemos que entrando hacia el altar mayor había un lienzo grande con un retablo de un Cristo crucificado, acompañado por diferentes santos en las esquinas, donde además se pintaron dos escudos pertenecientes a los Señores del lugar. La familia recibió bulas para decir misas en las casas de su morada y otros autos por diligencias hechas, de modo que podían poseer un oratorio (7).

Los molinos que los Castillo tenían arrendados son el principal foco de interés (además de su dehesas y tierras de cultivo), y que como sabemos fueron incorporando a los bienes acumulados. Éstos son mencionados en un traslado documental cuando se dice que (8) “agregan dos paradas de molinos harineros con sus tierras y casas, con la ermita de San Juan Bautista y los huertos y arboledas tras la venta hecha por doña Magdalena de Silva y Girón, hija de los Conde de Cifuentes, la cual se los vendió en la villa de Madrid a 30 de mayo de 1646 ante el escribano Diego de Ledesma”.

Valgan pues estas líneas como un conjunto de datos adicionales para entender la forma de proyección de una familia de hidalgos con raíces en Buenache de Alarcón, y sobre la que todavía queda muchísimo por investigar.


David Gómez de Mora


Notas:

(1)  Catastro de Ensenada (1749-1756). Las Monjas, villas de Marín y Zarza.

(2)  Ídem

(3) Archivo de la Real Chancillería de Granada (301-130-12). Ejecutoria de don Diego Ventura Joseph del Castillo y Reyllo Villaviciosa y Collado

(4)  Notas de la genealogía familiar: Andrea del Castillo es hija de Antonio del Castillo y Catalina de Valdeolivas. Esta familia representan los progenitores de la línea en Buenache de Alarcón, quedando la duda de cual pudo ser su foco de origen. Es factible pensar como hipótesis que sus raíces nos dirigieran hacia el Castillo de Garcimuñoz. Es precisamente dicha procedencia la que se adscribe a otra línea de Buenache, y que llegó durante el siglo XVI, a partir de un hijo de Bartolomé del Castillo y Luisa de Alarcón, (Juan del Castillo) quien casaría con María Fernández en 1587. Estos últimos serán reconocidos como miembros del estado noble tras el ingreso en la Orden de Carlos III de uno de sus descendientes. No sabemos que tipo de relación pudo existir entre Antonio del Castillo y Bartolomé del Castillo, pero en la descripción de las armas de los Reyllo, se dice que por la línea de Andrea éstos portaban “un castillo con dos lebreles atados a las puertas del castillo”.

(5) Archivo de la Real Chancillería de Granada (301-130-12). Ejecutoria de don Diego Ventura Joseph del Castillo y Reyllo Villaviciosa y Collado

(6) Ídem

(7) Ídem

(8) Ídem

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).