En la Iglesia Parroquial de San
Pedro Apóstol podemos apreciar diferentes emblemas heráldicos que hasta la
fecha no han sido estudiados. Es por ello que presentamos a continuación un
estudio preliminar, en el que analizamos con detalle algunos de los escudos que
albergan las capillas como lápidas de este edificio religioso, gracias a los
conocimientos sobre las familias del lugar que hemos ido recopilando con el
paso de los años.
Sabemos que por norma general este
tipo de representaciones iban asociadas a casas vinculadas con el estado noble,
aunque ciertamente no siempre resultaba así, pues podían emplearse como un
emblema familiar, que sólo sirviera para remarcar la pertenencia a un linaje
concreto, sin necesidad de que se poseyera una ejecutoria de hidalguía u otro
tipo de reconocimiento que tuviera origen regio.
A estas alturas, donde la
investigación genealógica e histórica ha demostrado que la nobleza es una
cuestión más compleja de lo que simplifican los tratados clásicos, en algunos
pueblos donde no existía un control férreo en este tipo de asuntos, el empleo
de un icono asociado a una casa o un conjunto de personas que compartía un
mismo apellido, podía ser una prueba más que suficiente para sentar las bases
de un estatus social, que luego derivaba en un reconocimiento nobiliario.
Y es que ya hemos comentado en
más de una ocasión que la adscripción al estamento en el que se aglutinaban los
hidalgos, en ocasiones no tenía porqué estar estrechamente relacionado con una
carta de nobleza, pues sólo con que un escribano bien pagado compulsara un
documento inventado en el que se redactaba un padrón, donde se citaba a un
miembro de la familia como exento de cualquier pecho, era prueba más que
suficiente para dejar abierta la puerta a una situación de cierta ambigüedad,
que posteriormente reforzada con dinero, presiones y papeles falsos podía
conducir al fin deseado.
Las imágenes que adjuntamos en
este artículo han estado todas proporcionadas por Alicia Izquierdo, una
investigadora amante de la tierra de su familia, que como ya ha venido
demostrando, ha estudiado a fondo diferentes elementos de tipo religioso en
esta localidad.
Centrándonos en la cuestión
heráldica, vemos como las capillas de los Reyllo, Ximénez-Moreno y Ruiz de
Alarcón adosan sus escudos en las respectivas zonas de enterramiento. Sobre los
últimos conocemos suficientes datos acerca de su blasón, en cambio, respecto a
los dos restantes, quisiéramos reseñar diferentes matices, que nos ayudan a entender
el poder que abarcaron en cuestión de un período de tiempo no muy extenso.
La adquisición de una capilla
tenía un gran calado social, ya que arrastraba un simbolismo, que generaba una asociación con
las gentes más importante del municipio, los Señores de Buenache (la familia Ruiz
de Alarcón), quienes como era normal, por su condición señorial, también tenían
la suya, dejaron de ser los únicos en ostentar este privilegio en el municipio.
Tras la entrada de don Diego de
Reyllo como Prior de la Colegiata de Belmonte, se afianzará el nombre de su
linaje, a través de la fundación de una capilla dedicada a la Inmaculada
Concepción. Dicha obra significará que su estirpe poseerá un lugar de
enterramiento propio, además de dos nuevas capellanías que iban adjuntas con
cargo de 100 misas [1].
Heráldica
de los Reyllo en la capilla de la Inmaculada Concepción de Buenache de Alarcón.
Imagen de Alicia Izquierdo
Conocemos una referencia de
interés donde se describen las armas de la familia, y que hallamos en la
ejecutoria de don Diego Ventura Joseph del Castillo y Reyllo [2]. Este linaje había
emparentado con caballeros y señores de diversos sitios, como era el caso de
los Villaviciosa y Valladolid, pues no olvidemos que Doña Isabel de
Villaviciosa era hija del Señor de Reyllo (casualmente el municipio que daba
nombre al apellido de su esposo, junto con el enclave de Cañizares). Recordemos
que Pedro Joseph era el propietario de Marín y Zarza. Los continuos pactos
matrimoniales de la familia con otras gentes de un mismo estatus, harán que se
incorporen blasones, que engrosaran los cuarteles de cada una de las ramas
genealógicas a medida que trascurrían varias generaciones.
El relato de los Reyllo cuenta
que en la iglesia de Arcas, se alzó en una de las gradas del altar mayor, justo
al lado de evangelio, una lápida con letra gótica en la que estaba grabada una
inscripción en la que rezaba lo siguiente [3]:
“Aquí
yace el magnífico y noble capitán Francisco Reyllo Mogobrejo, que murió
sirviendo a los Señores Reyes Católicos en la guerra y costas del Reino de
Granada (…) y por debajo de la dicha inscripción parece estar grabado en dicha
piedra un escudo de armas el cual se divide en cuatro cuarteles, y en el
primero alto, y el bajo contrapuesto parece estar gastados y borradas sus
divisas que lo que de ellos se reconoce parece eran algunos castillos, y en el
cuartel alto izquierdo hay una flor de lis y en el bajo derecho contrapuestas
cuatro bandas algo gastadas”. Obviamente esta descripción corresponde con
la referencia que los integrantes invocan en el progenitor del linaje y que
según relataban fue el primero en recibir carta de nobleza.
Tal y como comentábamos
anteriormente, el escudo fue mutando e incorporando diferentes apellidos, pues
el texto continúa indicando [4]: “Se fue para ello a comparar con el escudo que tenía en 1696 en su casa
de Buenache don Pedro José del Castillo y Reyllo, y que sitiaba en medio de las
tres calles de San Pedro, San Miguel y el cubillo que hacen esquina y que tenía
encima de la puerta principal: en su mitad principal a mano derecha con cuatro
cuarteles. En el primero y más principal de dicha mitad del escudo una flor de
lis. En el segundo y tercero por debajo de dicha flor de lis hay un castillo en
cada cuartel con dos lebreles atados a las puertas de los Castillo y por debajo
en el último inferior cuatro bandas. Y en la otra mitad del escudo estaba
dividido en siete partes o cuarteles, en el primero alto de mano derecha un
castillo con dos leones coronados atados a la puerta de él. En el cuartel
izquierdo alto del lado de dicho castillo una flor de lis, y en el segundo
cuartel de dicha mitad a mano derecha cuatro bandas y al lado izquierdo otro
castillo con dos leones en la forma que el antecedente el dicho litigante dijo
ser propias del dicho su apellido Castillo y en el quinto cuartel por bajo de
los referido dos banderas con un epígrafe que dice Ave María, cuyas armas son
del apellido Mendoza al tocarle por su madre Ana Garcés de Mendoza. En el
último cuartel a mano derecha una cruz de San Juan y a su lado izquierdo cinco
bandas que son del apellido Garcés de su madre. Por los lados de ese escudo
salen los brazos de una cruz de la Inquisición de Ministro del Santo Oficio,
junto con dos leones empinados agarrando con sus garras”.
Puerta
de la capilla de la familia Reyllo en Buenache de Alarcón. Imagen proporcionada
por Alicia Izquierdo
El acceso a la capilla se
realiza por una puerta a base de barrotes torneados de madera que encaja dentro
de un arco de corte clasicista: es decir, se trata de un vano elaborado a
partir de dos pilastras coronadas por un friso decorado con una especie de
triglifos o dentellones que soportan un arco de medio punto. Todo el conjunto
revela rasgos, tanto por lo que se refiere a la arquitectura como por el uso
del blanco y gris (herederos de la tradición renacentista miguelangelesca) de
un barroco clasicista y quizá herreriano, precisamente por compartir esta
tradición más austera, así como por el uso de los órdenes clásicos en la
arquitectura, más que por un estilo cargado y churrigueresco que se puede ver
en otros ejemplos.
La otra capilla que apreciamos
en el templo perteneció a los integrantes de la familia Ximénez-Moreno. Su
acceso es prácticamente igual al de la anterior, de ahí que otra vez la puerta
está elaborada a base de barrotes enroscados de madera a partir de un vano en
forma de arco de medio punto. Vemos como las jambas están decoradas con remates
en frisos dóricos sobre colores ocres y tierra, dentro de lo que definiríamos
como un estilo rural.
Armas
que apreciamos en la zona superior de la capilla de los Ximénez-Moreno en
Buenache de Alarcón. Imagen proporcionada por Alicia Izquierdo
En este caso el elemento que
decora la zona superior de la verja es un medallón partido en tres cuarteles y
cuyo borde en gules que los separa, ofrece una serie de cruces en aspa. En el
blasón superior vemos lo que parecen ser las iniciales B y H, espaciadas
entremedio por una orbe (globus cruciger). En la zona inferior, cortada en dos
secciones, en la parte izquierda apreciamos una cruz floridesada, mientras que
en el margen opuesto dos calderas (ambas figuras con esmalte dorado).
Reconstrucción
aproximada de las armas presentes en la capilla de los Ximénez-Moreno
(elaboración propia)
Por otro lado tenemos un
conjunto de lápidas en el suelo de la Iglesia, donde hay grabados escudos,
algunos de los cuales a continuación pasamos a describir. En este sentido, hemos
de recordar que la zona más próxima al altar era un lugar privilegiado, que
obviamente remarcaba la fortuna de sus propietarios, además de acercarlos mucho
más a Dios. Ese era el caso de los Sainz de Zafra.
La genealogía de esta familia
puede rastrearse a través de los libros parroquiales, así como por los datos
que se adjuntan en el expediente para el ingreso de la Orden de Carlos III de
uno de sus integrantes. Su apellido por línea recta de varón procede de la
familia Saiz de Buenache, y de la que precisamente en un documento alusivo al
Licenciado Pérez [5],
se dice que eran cristianos viejos del lugar.
Obviamente los Saiz sabían cómo
debían sacar rédito de sus intereses, por ello apoyarán la composición de su
apellido en la línea de los Zafra, y que según el escribano que redacta el
documento que éstos presentan para ser aprobados en la referida orden civil, eran
reconocidos como miembros del estado noble desde tiempos inmemoriales [6]. En el mismo expediente se
llega a realizar una descripción de las armas que poseerán: “dos cuarteles, el uno con un castillo de
oro en campo encarnado y el otro con cuatro calderas en campo de plata”.
Reconstrucción aproximada de las armas de los Saiz de Zafra de
Buenache de Alarcón (elaboración propia)
Antonio Sainz de Zafra, quien
consigue ingresar en la orden, era hijo de Martín Saiz de Zafra Martínez, nieto
de Alonso Saiz de Zafra Montero, bisnieto de Martín Ordoño Saiz de Zafra,
tataranieto de don Juan de Zafra, 4to. nieto de Francisco Saiz-Izquierdo
(marido de María García de Zafra, y de donde nace la unión del apellido), 5to.
nieto de Juan Saiz-Asensio (marido de María Hortelano Saiz) y 6to. nieto de
Francisco Saiz-Izquierdo e Isabel Saiz [7].
Otra de las lápidas más
destacadas que observamos dentro del templo es la del Licenciado Tomás de
Sancha Ayala, y cuya familia enlazó con los Salonarde (linaje de ricos
ganaderos). Entre la piedra grabada se puede leer: “Aquí yace el Licenciado
Doctor Tomás de Sancha Ayala, cura que fue de esta Iglesia, murió a 24 de
agosto de 1694 (…)”. Por aquellos tiempos los Sancha Ayala tenían
representación en la Hacienda Real, además de descender de regidores por el
estado noble en las ciudades de Cuenca y Huete.
Sabemos por nuestros estudios
genealógicos que el Licenciado Tomás era hermano de José de Sancha (quien
estaba casado con Quiteria Antonia Salonarde y Salonarde, hija de Benito
Salonarde y Quiteria Salonarde). Tomás y José eran hijos de José de Sancha
Ayala (Regidor por Cuenca) y de Antonia de Cañaveras Guadarrama y Alcázar (cuya
familia era sobradamente conocida en la ciudad de Huete), además de poseedora
de una patrimonio destacado, tal y como se desprende por las escrituras de
protocolos notariales vinculados con su familia.
Lápida
de don Juan Martínez de Zafra. Año 1788. Imagen de Silvia Ojeda
Detalle del escudo del Licenciado Tomás de Sancha
Ayala. Se aprecia una cruz floridesada sellada a una bordura con cruces en
aspa, dentro del que se distingue un árbol con sus raíces, acompañado por lo
que parecen dos granadas a sus lados. Fotografía facilitada por Alicia
Izquierdo.
Realizadas estas descripciones heráldicas,
esperamos en un futuro seguir comentando otras armas vinculadas con las élites
del lugar, y que sin ningún tipo de dudas es necesario divulgar para analizar y
entender una parte del pasado de las gentes que económicamente prosperaron en este
municipio.
David Gómez de Mora
Notas:
[1] Gómez de Mora, David, 2019. La
capilla de la Inmaculada Concepción en Buenache de Alarcón. En:
davidgomezdemora.blogspot.com
[2] Archivo de la Real Chancilleria
de Granada. Ejecutoria de hidalguía de Diego Ventura Joseph del Castillo y
Reyllo Villaviciosa y Collado. Ref: 301-130-12. Año 1717
[3] Ídem
[4] Ídem
[5] Archivo Histórico Nacional. Sección Universidades, 533, expediente
nº4.
[6] Archivo Histórico Nacional,
1827. Expediente de la Orden de Carlos III, nº1936. Sáinz de Zafra y Martínez
del Castillo Martínez Olivares y del Castillo, Antonio.
[7] Gómez
de Mora, David, 2018. Las élites de Buenache de Alarcón siglos atrás. Notas
personales y apuntes genealógicos sobre las élites de Buenache de Alarcón. En:
davidgomezdemora.blogspot.com