martes, 7 de abril de 2020

El retablo mayor de Castillejo del Romeral

Una de las joyas artesanales con las que cuenta el municipio de Castillejo, es el retablo mayor de su Iglesia, ejecutado a principios del siglo XVIII por uno de sus célebres hijos, el maestro escultor y tallista Juan López Puerta. La pieza está efectuada sobre madera policromada y dorada, encajándose de manera armoniosa en el presbiterio del templo. Ésta se halla rematada en forma semicircular, enmarcándose en lo que se conoce como retablo-hornacina (1). Su estructura sigue claramente el esquema del barroco clásico español, con influencia del estilo “churriguresco”, sobre todo en lo que concierne al uso que hace de la columna salomónica (2).

En cuanto a su estructura, se compone de un banco acuartelado y decorado con roleos (3) en el interior, siendo la base donde se asienta el retablo. Las grandes protagonistas de este conjunto son sin duda sus cuatro columnas salomónicas, con capiteles corintios y plintos en forma de ménsulas con hojas de acanto y cabezas de niños, que separan la calle central de las laterales.


Las dos columnas centrales están ornadas con hojas de acanto que se enroscan en su fuste, mientras que las laterales incorporan el motivo de los tallos y racimos de vid, simbolizando de esta forma la Eucaristía. La calle principal del retablo (más ancha que el resto), alberga una gran hornacina en forma de arco de medio punto con casetones decorados y motivos vegetales en su intradós, ensalzando allí una talla de Cristo en la cruz.

La figura está elaborada en madera policromada y las calles laterales también presentan unas hornacinas de la misma tipología, aunque a menor escala que la de la calle central, con la diferencia de que están articuladas a través de dos columnas salomónicas de pequeño formato que sustentan un arco de medio punto con motivos vegetales; en ellas se han colocado, sobre unas ménsulas con hojas de acanto, unas imágenes de bulto redondo y de madera policromada de diferentes advocaciones de la Virgen.
El espacio vacío que se encuentra encima está nuevamente decorado con el motivo de los roleos que, a su vez enmarcan una especie de tarjeta (4) ovalada con inscripciones. Esta decoración a base de roleos, que cubren el máximo espacio posible del retablo (incluso las enjutas de los arcos), así como el uso de tarjetas, se generalizó en el siglo XVII en Salamanca, aunque pronto se expandiría por todo el territorio (5).
Detalle del retablo mayor de Castillejo del Romeral. Imagen de Raúl Contreras

Las grandes columnas salomónicas soportan un sencillo arquitrabe dorado, un friso, que lejos de ser horizontal juega con las formas sinuosas que rompen la línea recta y se decoran con formas vegetales, así como finamente una cornisa. Además, estas grandes columnas se despegan del retablo, adelantándose hacia afuera, al igual que lo hace el correspondiente arquitrabe, friso y cornisa. Se crea así una sensación de dinamismo, acentuada por los efectos de la bicromía de todo el retablo (el rojo y el dorado) y de la propia ornamentación en relieve que favorece el contraste de luces y sombras, tan propio de la teatralidad del arte barroco.
De menor escala son las columnas que flaquean el santo titular del segundo piso del retablo, que está también dentro de una hornacina con casetones en el intradós del arco, aunque más pequeña que en la que vemos el Cristo.
Si seguimos deteniéndonos en el detalle de la pieza, de nuevo apreciaremos unos prominentes plintos, decorados con hojas de acanto que sujetan las dos pequeñas columnas salomónicas en la calle central, mientras que los emplazados en los extremos ejercen una función meramente decorativa, siguiendo así el ordenamiento de todo el conjunto.
Retablo mayor de Castillejo del Romeral. Imagen de Raúl Contreras
Los espacios que quedan vacíos y que se corresponderían con las calles laterales en el segundo piso tienen forma de enjuta de arco y están ornamentados, como el resto del retablo, con un fondo en rojo y unas flores enroscadas en relieve. Todo en su conjunto nos ofrece una pieza de características reseñables, que como el retablo mayor de Valdecolmenas de Abajo, o los desaparecidos durante la Guerra Incivil en Arrancacepas y Santa María de Atienza, salieron del taller de esta familia de artistas locales.
David Gómez de Mora

Notas:
(1) MARTÍN GONZÁLEZ, J. J., “Avance de una tipología del retablo barroco” en Imafronte, nº 3-4-5, 1987-1989, pp. 111-155, p. 124.
(2) RODRIGUEZ G. DE CEBALLOS, A., “El retablo barroco en Salamanca: materiales, formas, tipologías”, en Imafronte, nº 3-4-5, 1987-1989, pp. 225-258, p. 239.
(3) Los roleos son una decoración a base de motivos enrollados, de volutas que se enroscan sobre sí mismas, según FATÁS, G. y M. BORRÁS, G., Diccionario de términos de arte y elementos de Arqueología, Heráldica y Numismática, Madrid, Alianza, 2002, p. 281.
(4) La tarjeta es un adorno plano y oblongo que a menudo contiene una inscripción, sobrepuesto a un miembro arquitectónico pintado o figurado. Véase:  FATÁS, G y M. BORRÁS, G., Diccionario de términos de arte y elementos de Arqueología, Heráldica y Numismática, Madrid, Alianza, 2002, p. 303.
(5) RODRIGUEZ G. DE CEBALLOS, A., “El retablo barroco en Salamanca: materiales, formas, tipologías”, en Imafronte, nº 3-4-5, 1987-1989, pp. 225-258, p. 238.

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).