viernes, 10 de abril de 2020

Los Pérez de Caracenilla

Entre las familias más representativas de la historia de este municipio se encuentra la de los Pérez, un linaje con mucha descendencia en la actualidad, que multiplicó de manera exponencial la presencia de sus integrantes en cuestión de varias generaciones. Todavía quedan muchas dudas por esclarecer acerca de su origen, no obstante, hemos comprobado durante el siglo XVI la existencia de dos personajes apellidados por igual, que pudieron casar prácticamente a la vez con dos señoras del apellido Muñoz, barajando como hipótesis si en realidad se tratase de un doble enlace entre hermanos.

De lo que no nos cabe la menor duda es del poder de esta familia, y cuyas raíces podrían estar relacionadas con los miembros del mismo linaje asentado en la vecina localidad de Verdelpino, donde ya eran conocidos por su buena posición social.
Serán los descendientes de la línea que dejarán Francisco Pérez y Ana Muñoz, quienes desde el primer momento sellarán enlaces estratégicos que catapultarán a sus hijos como miembros de las élites locales. La estrategia empleada por la familia se ceñía al modelo tradicional que históricamente estaba en boga en la mayoría de municipios que hemos ido analizado, pues al tratarse en su mayoría de labradores con disposición de tierras, se buscaba que uno o varios de los hijos cursaran estudios religiosos, consiguiendo adquirir un estatus para el núcleo familiar, que si podía ir acompañado por la creación de algún tipo de vínculo o fundación religiosa, resultaba más efectivo.
Una de las ramas más fuertes será la compuesta por Pedro Pérez y su esposa Francisca de Albendea, de cuya fusión semántica se sellarán sendos apellidos, y que veremos en uso durante muchas generaciones. No olvidemos que los Albendea estaban reconocidos como caballeros hidalgos en la localidad de Huete. Otra de las líneas que prosperó fue la de los Pérez de Alcázar.
El patrón hermético a la hora de las celebraciones matrimoniales fue una constante, que retroalimentaba la indivisión de tierras, y la consiguiente accesibilidad de las líneas parentales a la opción de poder adquirir una formación como párrocos siempre que estos tuvieran una capellanía.
Una de las familias con la que los Pérez estrecharon lazos fue la de los Garrote, un linaje con el que fomentaron una estrecha política endogámica, crucial para la consolidación de las familias más ricas que dará el municipio. Sabemos que por ejemplo Francisca Pérez de Albendea, muere en 1664 con un pago de 600 misas, casando antes con Pedro de Alcázar Cantero (regidor de Caracenilla). Su madre Francisca de Albendea menciona en su testamento la sepultura que poseía el linaje de su marido Pedro Pérez (nacido en 1568), cuya ubicación estaba en el altar del Santo Crucifijo. Esta sepultura será muy importante, puesto que muchos descendientes pedirán explícitamente enterrarse en la misma. Un hermano de Francisca Pérez de Albendea fue el famoso licenciado Pedro Pérez de Albendea, fundador de una capellanía.
Pedro sería quien tras el fallecimiento del escribano municipal, se encargará de realizar los testamentos de los vecinos, hasta que la familia de los Torrecilla se incorpore a la escribanía. Éste fue una figura notable en el municipio. En su testamento mandó un total de 1000 misas, además de solicitar enterrarse en la sepultura de San Roque, junto con el resto de capellanes.
Firma de Pedro Pérez de Albendea. Libro II de defunciones, fol. 338-v.

Como decíamos anteriormente, serían varios los párrocos que portaron este apellido, tal y como le sucedió con Pedro Pérez de Alcázar, presbítero fallecido en 1666. Gracias a su testamento (fol. 386 del libro II de defunciones), sabemos que mandó un total de 500 misas, además de enterrarse en la citada sepultura de los capellanes. Siguiendo con la política tradicionalista del linaje, fundó una capellanía, y que después será aprovechada por licenciado don Juan José de León. Al respecto hemos de incidir en que la casa de los León intentó acaparar todas las capellanías posibles que había en el municipio, puesto que su estrategia social también se movía en torno a la búsqueda de enlaces con linajes que previamente habían creado fundaciones religiosas, que de este modo les aseguraran el control de plazas en el clero local.
Otro de los varios párrocos que dio la familia, fue el licenciado Francisco Pérez de Albendea y Garrote. Siguiendo con la costumbre, se enterró en la sepultura de San Roque, realizando una manda de 150 misas tras fallecer en 1677. Parece ser que su hermano era Diego Pérez (fallecido en 1708), marido de Catalina Pérez (hija de Julián Pérez y Catalina Pastor), quien pagó un total de 3000 misas el día de su muerte.
Además de los Garrote y los Alcázar, apreciaremos enlaces entre los mismos Pérez, una jugada bastante repetitiva, y nada extraña teniendo en cuenta las políticas matrimoniales que dominaban en el lugar.
Conocemos referencias de interés sobre las distintas sepulturas que ocupó la familia dentro de la Iglesia, pues además de la que poseían en la segunda bancada por el lado del Evangelio, se citan otros espacios. Es el caso de Francisca Pérez, quien en 1763 manda enterrarse en la zona donde estaba la lámpara de la Virgen de Loreto. O también María Pérez en 1749 (esposa de Francisco Antonio Pérez), que compró una sepultura debajo de la advocación de Nuestra Señora del Rosario, para que sus hijos y nietos dispusieran de un lugar de enterramiento digno dentro del templo.
Otros aprovechaban los beneficios que habían dejado establecidos sus ancestros, así Ángela Pérez, viuda de Diego Pérez de Albendea, mandó enterrarse en la sepultura de los Fernández de Culebras, y donde sólo podían hacerlo aquellos descendientes por línea recta de sus fundadores. Ésta se ubicaba al lado de la epístola, en lo que sería la segunda bancada.
Veremos casos interesantes, como el de María Pérez, esposa de Francisco Pérez de Albendea, quien en 1714, además de mandar 450 misas, solicitó la donación de una tela para un frontal en el altar de San Roque.
David Gómez de Mora


Referencias:
* Archivo familiar Gómez de Mora-Jarabo.
* Archivo Parroquial de Caracenilla. Libro I de defunciones (1571-1631).
* Archivo Parroquial de Caracenilla. Libro II de defunciones (1631-1701).
* Archivo Parroquial de Caracenilla. Libro III de defunciones (1701-1767).
* Gómez de Mora, David (2018). “Las Élites locales en la franja Este de Huete entre los siglos XVI-XVIII”. En: davidgomezdemora.blogspot.com
* Gómez de Mora, David (2018). “Las élites culturales de Caracenilla (1561-1767). Curas y escribanos naturales del lugar. Anotaciones genealógicas”. En: davidgomezdemora.blogspot.com

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).