Una de las familias con historia
de este municipio y sobre la que creemos necesario dedicar algunas líneas, es
la de los Domínguez, un linaje local, que a pesar de portar un apellido
bastante común, por lo que obviamente podía proceder de distintos troncos
genealógicos, no dejaba de perder interés en el caso de La Peraleja, puesto que
algunos de sus integrantes alcanzaron cierta importancia en la modesta escala
local sobre la que se movieron.
Sus orígenes son difíciles de esclarecer, especialmente si tenemos en cuenta los numerosos miembros que aparecerán mencionados desde el inicio de los libros parroquiales más antiguos, y que datan del siglo XVI. En los volúmenes de defunciones de La Peraleja, apreciamos como en 1614 se cita a un tal Domingo Domínguez, quien mandó un total de 105 misas. Lo mismo ocurrió con Ana Domínguez, que tras fallecer en 1623 solicitó otro centenar. Tampoco podemos pasar por alto a Juan Domínguez, quien ordena en 1642 un total de 190.
Pero si nos queremos centrar en gente de peso, y que dieron al linaje una mayor solera, resulta imposible obviar al Maestro Baltasar Domínguez, primo de Juan Domínguez -el viejo-, así como de la monja Francisca de la Cruz. Sobre el patrimonio de Baltasar, podemos leer reseñas de interés en los apuntes sobre capellanías y vínculos de uno de los volúmenes del Archivo Diocesano de Cuenca (bajo la signatura P.820, Sig. 30/20).
Sus orígenes son difíciles de esclarecer, especialmente si tenemos en cuenta los numerosos miembros que aparecerán mencionados desde el inicio de los libros parroquiales más antiguos, y que datan del siglo XVI. En los volúmenes de defunciones de La Peraleja, apreciamos como en 1614 se cita a un tal Domingo Domínguez, quien mandó un total de 105 misas. Lo mismo ocurrió con Ana Domínguez, que tras fallecer en 1623 solicitó otro centenar. Tampoco podemos pasar por alto a Juan Domínguez, quien ordena en 1642 un total de 190.
Pero si nos queremos centrar en gente de peso, y que dieron al linaje una mayor solera, resulta imposible obviar al Maestro Baltasar Domínguez, primo de Juan Domínguez -el viejo-, así como de la monja Francisca de la Cruz. Sobre el patrimonio de Baltasar, podemos leer reseñas de interés en los apuntes sobre capellanías y vínculos de uno de los volúmenes del Archivo Diocesano de Cuenca (bajo la signatura P.820, Sig. 30/20).
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Los bienes adscritos se componían
de varias fincas que sumaban una producción de unos 24 almudes de trigo, además
de un viñedo con 800 cepas. Asimismo, se acompañaban con otras tantas
propiedades, como varias casas de morada, y que había en la ciudad de Huete,
más concretamente, en una calle que daba a la bajada del Convento de San
Francisco, y que lindaban con la residencia del noble capitán don Juan de
Vidaurre y Orduña.
Parece ser que en 1670 el estado
de conservación de éstas era de auténtica ruina, por lo que se solicitó su
venta. Aunque si hay que destacar un personaje con poder, ese fue el señor
Francisco Domínguez Saiz, fallecido en 1667, y encargado de mandar la increíble
cifra de 1000 misas.
A diferencia de otras tantas casas
del lugar, los Domínguez entroncaron con variados clanes del municipio, por lo
que no mantuvieron políticas matrimoniales estrechas, lo que fomentó la
diversidad de gente adscrita a su entorno parental. El apellido estaba bastante
extendido, pues durante la segunda mitad del siglo XVI llegaremos a contar
alrededor de media docena de líneas. Algunas incluso entroncaron con miembros
de la nobleza local, como fue el caso de María Domínguez, que en 1581 casaría
con don Francisco Daza, una de las familias más potentes en La Peraleja por
aquellos tiempos, pues recordemos que consiguieron que se les reconociera su
hidalguía.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
* Archivo Diocesano de Cuenca, P.820, Sig. 30/20
* Archivo Diocesano de Cuenca, Libro I de matrimonios
(1564-1690), Sig. 30/10, P. 811
* Archivo Diocesano de Cuenca, Libro I de defunciones
(1586-1614), Sig. 30/14, P. 815
* Archivo Gómez de Mora y Jarabo.
Apuntes sobre linajes de La Peraleja. Inédito