domingo, 12 de abril de 2020

Los Alcázar de Caracenilla

Antaño uno de los apellidos extendidos entre la población caracenillense era el de la familia Alcázar. A pesar de que ésta ya ha sido objeto de investigación en algunas ocasiones, sigue habiendo bastantes lagunas genealógicas que nos ayuden a confirmar un lazo común entre todos aquellos vecinos que fueron sus portadores, hecho entendible si tenemos en cuenta la variedad de líneas que se fueron expandiendo por esta región de la Alcarria.

Es muy factible que los Alcázar de Verdelpino, Caracenilla y sus alrededores compartan un mismo origen, una cuestión todavía por definir, pero que guarda interés, especialmente entre ambas localidades, a la hora de establecer relaciones de tipo económico o de índole familiar.

Sobre las varias líneas del apellido, apreciaremos algunas asentadas desde la segunda mitad del siglo XVI, destacando con especial interés la de los Alcázar-Montoya y los Alcázar-Rubio.

Probablemente, ante la afluencia de variados linajes que compartían idéntico apellido, la solución fue solapar un segundo, que les ayudará a distinguirse del resto. Un recurso que hemos observado de manera cotidiana en otros lugares de la zona en los que se daba esta situación.
La casa de los Alcázar-Montoya es una de las que por ahora hemos de seguir analizando, pues la aparición del segundo apellido deberíamos buscarla como mínimo en algún antepasado que lo pudo portar, y eso tuvo que ser durante la primera mitad del siglo XVI. El enlace más antiguo hasta la fecha que hemos hallado es el de Juan de Alcázar con su esposa Francisca de Arcas.
Este tipo de matrimonios, solía forjarse entre familias con recursos, pues sabido era que los Arcas gozaban de reputación en estas tierras, así en la ciudad de Huete integraban las filas del estado noble. Uno de los hijos de Juan y Francisca fue Diego de Alcázar y Montoya, representante vinculado con el Santo Oficio, fallecido en 1632. Su hijo, Juan de Alcázar-Montoya, lo haría más tarde en 1678, con un pago de 700 misas.

Escudo de la Inquisición. Imagen de sevilla.abc.es
Diego de Alcázar-Montoya y de Arcas, había casado varias veces tras enviudar. En 1606 lo hizo con Juana de la Fuente, y muestra de que pudo apalabrar varios matrimonios de sus hijos, lo tenemos en que casualmente tres de sus vástagos, casan con tres hermanos de otra familia recién instalada y de idéntico estatus social, los Garrote.
En 1644, Ana María de Alcázar-Montoya de la Fuente casó con Pedro Garrote Saiz, así como su hermano Gabriel con Juana Garrote Saiz. Un poco antes, en 1635, el otro hermano, Juan, fue el primero en celebrar sus nupcias con Ana Garrote Saiz. Decir que tanto Pedro, como Juana y Ana, eran hijos de Pedro Garrote de la Fuente y María Saiz de Alcázar.
Ya hemos advertido en alguna ocasión que el nivel de vida existente en esta población durante el siglo XVIII era bastante aceptable, lo que en parte se pudo deber a ese conjunto de lazos entre familias de propietarios agrícolas, que no separarán en demasiadas partes sus bienes, pues recaían muy a menudo entre los mismos círculos de personas.
De los tres referidos enlaces, nos parece interesante la línea de los hijos de Juan de Alcázar y Ana Garrote, de donde nacerán varios vástagos con miras de proyección, bien sea intentando moverse en el mismo entorno del que venía la familia, como en las filas del clero. Este último escenario será el escogido por Juan de Alcázar, quien ejerció como párroco en la Iglesia de Santiago de Huete.

    Línea principal del linaje de los Alcázar-de Montoya (elaboración propia)
Otra de las ramas que prosperó con este apellido fue la de los Alcázar-Rubio Sabemos que Juan de Alcázar (marido de María Cano), falleció en 1617, pagando 100 misas y enterrándose en una sepultura que había en el coro de la Iglesia de la localidad. Su nuera, Merenciana de Alcázar, murió en 1680, con manda de 342 misas. La familia fue proyectándose con el paso de las generaciones sin salir del municipio, entablando alianzas con la línea de los Garrote, además de los Pérez, y que por aquellos tiempos eran una de las principales casas que había en Caracenilla.
Línea principal de los Alcázar-Rubio (elaboración propia)

David Gómez de Mora
Bibliografía:
* Archivo Gómez-de Mora y Jarabo. Genealogía familiar. Inédito.

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).