Han
sido muchos los apellidos con historia que ha dado esta tierra a lo largo de
los siglos, y cuyas semillas han ido expandiéndose por diferentes puntos de
nuestra geografía peninsular. Al respecto, nos parece imposible obviar el caso
de los Olmo, un linaje que a muchos nos resulta familiar, por la profusión que
ha ido adquiriendo en variados de los enclaves del territorio conquense.
Queda
claro que dependiendo de la zona a la que nos dirijamos, serán distintos los
orígenes de muchas de las ramas genealógicas que irán surgiendo, lo que por
tanto no deja de ser mera casualidad su coincidencia semántica. Conocemos muy
de cerca el caso de La Peraleja, donde apreciamos diferentes líneas con
idéntico apellido, a través de representantes que se irán acomodando socialmente.
En el
Archivo Municipal de Huete podemos leer desde los inicios de los protocolos
notariales reseñas que nos hablan de algunas personalidades de este linaje. Así
ocurrirá en el año 1591, momento en el que redactará su testamento Juan del
Olmo. Éste era hijo de Miguel del Olmo y Quiteria de la Fuente, llevándonos su
línea a la vecina Saceda del Río. Su mujer era María Domínguez, quien se quedará
con las joyas que éste le había entregado tras su compromiso nupcial.
Otra de
las líneas de esta familia nos conduce a la figura de Julián del Olmo, peralejero
que casará con la bien posicionada Isabel Martínez, quien descendía de una casa
de ricos labradores de Saceda, y que un par de siglos después conseguiría
obtener un privilegio de nobleza confirmado a través de una ejecutoria de
hidalguía. Isabel realizaría su testamento en 1591, con pago de 100 misas,
además de mandar enterrarse en la Iglesia del Arcángel San Miguel. Julián
fallecería en 1607, fundando un mayorazgo que recaería en su nieto Mingo del
Olmo. Recordemos que esta figura en la que se aglutinaba el patrimonio familiar
estaba muy extendida entre los miembros del estado noble. Al respecto, diez
años antes, su hija Brígida del Olmo ya se encargaría de crear otro, quedando
en el aire la duda de si el de su padre era una ampliación del mismo.
Imagen de agroinformacion.com
En 1592
(AMH) efectuaba sus últimas voluntades Alonso del Olmo, mandando enterrarse en
la sepultura de su madre, 170 misas y la creación de una fiesta. Sus herederos
universales serán sus hijos Isabel del Olmo y Juan del Olmo.
Los
Olmo fueron una casa muy vinculada con el clero, pues este sería uno de sus
principales puntos de apoyo en los que se proyectaría la familia. Veremos por
tanto diferentes curas, además de descendientes que se dedicaron a la creación
de vínculos, es el caso de Manuel del Olmo, quien aglutinaba las fundaciones de
Francisco Vicente, Brígida del Olmo y Pedro Saiz.
Si
analizamos sus políticas matrimoniales, observaremos como éstos estrecharán
lazos con otras casas de labradores con disponibilidad de bienes, así sucederá
en el caso de los Vicente, de la Fuente y Jarabo, entre otros muchos.
David Gómez de Mora
Bibliografía:
*
Archivo Gómez de Mora. Apuntes genealógicos. Inédito
*
Archivo Municipal de Huete. Protocolos Notariales, tomo I (Referencias de
1591-1592)