Hace escasos días el Cronista
Oficial de la ciudad de Cuenca, Miguel Romero Saiz, me hacía llegar una
referencia documental de sumo interés vinculada con el carlismo optense en
tiempos de la primera guerra. Concretamente se trata de un padrón firmado por
don José Olmedilla, donde aparecen registradas un total de 79 personas (vecinas
de la localidad), propuestas para ser expulsadas, a raíz de las políticas de persecución
y pesquisa de armas tras la finalización de la contienda, al demostrarse su
implicación con el bando sublevado. En el mismo se cita la condición,
profesión, edad, estado civil y lugar de nacimiento de cada una.
Resulta llamativa la variedad de oficios que podemos apreciar, englobando algunos de ellos los de las familias más pudientes del lugar (pues además del alcalde y el juez, había confiteros, hacendados, comerciantes, estudiantes, abogados, médicos, escribanos, así como empleados del campo). Entre los apellidos más destacados, se mencionan algunos que nos resultan familiares por estar adscritos al ámbito de la nobleza local, hecho que sucede con don Miguel Garrido, viudo y natural de un linaje de Mazarulleque, y cuya familia en el pasado había vivido tiempos mejores. Aunque si había un caso que resultaba llamativo por su arraigo con el municipio, ese será el de la estipe de los Cuenca, apareciendo entre los expatriados los nombres de don Ramón de Cuenca (quien por aquella fecha tenía 28 años y ejercía como escribano), o su hermana doña Antonia de Cuenca. Conjuntamente también se señala al abogado don Agustín de Cuenca, de 31 años, o al conocido don Mamerto José de Alique, de 27 años y que ejercía como notario. Además, veremos diversos vecinos con raíces en la cercana Vellisca, junto otros pueblos inmediatos. Así sucederá con Isidoro Serrano, varón de 48 años y natural de Caracenilla, pero afincado en Huete con su familia.
Resulta llamativa la variedad de oficios que podemos apreciar, englobando algunos de ellos los de las familias más pudientes del lugar (pues además del alcalde y el juez, había confiteros, hacendados, comerciantes, estudiantes, abogados, médicos, escribanos, así como empleados del campo). Entre los apellidos más destacados, se mencionan algunos que nos resultan familiares por estar adscritos al ámbito de la nobleza local, hecho que sucede con don Miguel Garrido, viudo y natural de un linaje de Mazarulleque, y cuya familia en el pasado había vivido tiempos mejores. Aunque si había un caso que resultaba llamativo por su arraigo con el municipio, ese será el de la estipe de los Cuenca, apareciendo entre los expatriados los nombres de don Ramón de Cuenca (quien por aquella fecha tenía 28 años y ejercía como escribano), o su hermana doña Antonia de Cuenca. Conjuntamente también se señala al abogado don Agustín de Cuenca, de 31 años, o al conocido don Mamerto José de Alique, de 27 años y que ejercía como notario. Además, veremos diversos vecinos con raíces en la cercana Vellisca, junto otros pueblos inmediatos. Así sucederá con Isidoro Serrano, varón de 48 años y natural de Caracenilla, pero afincado en Huete con su familia.
Recordemos que los Alique eran
una dinastía de escribanos asentados en la ciudad optense desde hacía mucho
tiempo. Éstos habían emparentado con los Cuenca y diferentes linajes de arraigo
Juanista. No hemos de olvidar que el Cabildo fue un caladero de devotos a la
causa sublevada, desde donde se sellarán constantemente alianzas entre familias
de similares perfiles sociales. Los valores católicos, la tradición y la
devoción por el cristianismo, en un entorno social, que estaba estrechamente
unido por el Juanismo, fueron un caldo de cultivo en el que se cementaban las
antiguas relaciones, que ya venían arraigadas desde tiempo atrás por sus
respectivos vecinos del barrio, generando a la par un bloque afín, que hicieron
de Huete uno de los grandes bastiones ideológicos en la Alcarria Conquense.
En los años setenta del siglo
XVIII era escribano y presbítero Julián Antonio de Alique y Esteban, quien
había sido bautizado en 1745 como hijo de Julián de Alique y Zeza (también de
idéntico oficio) y de su segunda esposa, doña Isabel Esteban Galeti. La
profesión le venía de atrás, pues era nieto del señor don Diego de Alique
(dedicado a idénticos menesteres), y de su mujer doña Francisca de la Zeza.
Un hermano del fraile fue Joseph
Benito de Alique y Esteban (escribano numerario), quien tendría por vástago a
don Mamerto José de Alique. Sabemos que Mamerto fue bautizado en 1812 (tal y
como nos apunta Manuel de Parada en su bibliografía optense). Su involucración
con el carlismo era un hecho, pues la familia, como otras tantas con las que
estaban emparentadas, consideraban necesaria la instauración de unos principios
que abogaban por la vuelta a la senda de las ideas tradicionales, en aras de
recuperar aquel esplendor que Huete ofreció en centurias pasadas.
Tumba
de la familia Cuenca. Cementerio municipal de Huete
La implicación de los Alique por
la defensa de la Iglesia era indiscutible. Fray don Julián Antonio de Alique era
tío de Mamerto, además del encargado en mandar hacer la estampa sobre cobre de
San Juan Evangelista, y que dedicará a su sobrina doña María Josefa de Cuenca y
Alique de Gutiérrez.
Manuel de Parada nos informa que
en el año 1870 era alcalde de la localidad don Anselmo de Cuenca y Gutiérrez. Los
Cuenca seguían siendo un linaje con solera en el municipio, que en el siglo anterior,
ya había conseguido insertarse dentro de la Orden de Carlos III. Anselmo era
licenciado en Derecho Civil y Canónico, además de hijo de don José Andrés de
Cuenca (quien en 1836 también tuvo la vara de alcalde en la localidad optense),
adquiriendo fincas en La Calzadilla, tras su puesta a subasta como resultado de
la desamortización. El vínculo con los Alique les venía de muy cerca, puesto
que el abuelo paterno del letrado era don Anselmo de Cuenca y Alique. Nada que
debería de sorprendernos, teniendo en cuenta el tipo de políticas matrimoniales
que se gastaban entre las familias del lugar, pues claramente seguían basándose
en estructuras de tipo clánico.
Sobre ese escenario, se consolidó
un círculo social, con un profundo arraigo, que enmarañaba las antiguas
alianzas entre los Cuenca, Alique, Zeza, Serrano y Rozalén, todas familias de
Huete y que tenían en común haber ocupado algunas de las escribanías con las
que contó el municipio, por lo que siguiendo con los hábitos de proyección de
la época, continuaron integrando a algunos de sus hijos en las filas del clero
local. Aquello había sellado varios parentescos, como resultado de los nexos
mantenidos por sus abuelos, y que a pesar del trascurso de varias generaciones,
seguían latentes, pues los vínculos tan estrechos entre algunas de las líneas
asentadas en el Barrio de Santa María de Atienza en muchos casos parecían
indisolubles (Gómez de Mora, 2018).
Calle
dedicada en Huete a don Mamerto de Alique
Desde luego no faltaban
argumentos que sirvieran para justificar aquel porqué, pues Huete reunía muchos
requisitos que lo convertían en un caladero de simpatizantes a la causa. Todavía
a finales del siglo XVIII e inicios del XIX, para las familias del ámbito rural
(independientemente de su condición social), la Iglesia fue un eje vertebrador,
que facilitaba un medraje social de sus integrantes, otorgándoles la base de un
estatus y renombre a sus allegados. Ante este sistema de engranajes
perfectamente establecido y estudiado (donde las familias con patrimonio iban
ocupando las posiciones principales), se generó una estructura de poder,
dependiente notablemente de un sector, que ahora quedaba desarmado, tras las
nuevas exigencias de la clase política posicionada en el bando de la monarquía
española. Esa pérdida de fuerzas se agravaba con la desamortización, un
procedimiento desigual, en el que unos nuevos agentes aparecían al cambiar los
mandos de poder. Todo el mundo era consciente de que aquello suponía un duro
varapalo para un municipio donde con sólo unos 5000 habitantes, seguía habiendo
en pie una decena de iglesias, un colegio de Jesuitas, convento y monasterios
(Gómez de Mora, 2020).
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
* Documento: Copia del “Padrón de los expulsados de Huete que en el
día de la fecha habitan en ella”, 5-9-1840
* Gómez de Mora, David (2018). “Apuntes sobre el linaje noble de los Cuenca
en Santa María de Atienza. Familias y nexos genealógicos”. Libro de fiestas
de San Juan Evangelista del Barrio de Santa María de Atienza, año 2018. Huete
* Gómez de Mora, David (2020). “Breves notas sobre el carlismo en la franja
meridional de la Alcarria Conquense”. En: davidgomezdemora.blogspot.com
* Parada y Luca de Tena, Manuel.
Sin fecha. Bibliografía sobre la noble y leal ciudad de Huete.
* Romero Saiz, Miguel. Sin fecha.
“El carlismo en Huete. Crónica breve”.
Notas del autor.