El apellido Rojo es uno de los
muchos que veremos extendido por diferentes puntos de la Alcarría Conquense, y
al que difícilmente podremos adscribirle un mismo origen, por arrastrar una
etimología que se podría apoyar en una práctica tan extendida de finales del
medievo, como era la de bautizar a un vecino por alguno de sus rasgos físicos (bien
fuese el color su pelo, tonalidad de la piel u otros distintivos), con tal de diferenciarlo
de otras personas que se llamaran y apellidaran de idéntica forma en el pueblo.
A los Rojo les seguirían Rubios,
Morenos, Blancos; así como Gruesos, Largos, Delgados…, y un largo listado de
adjetivos que acabarían configurando muchos de los apellidos que hoy portará
una parte importante de nuestra población. Con el trascurso del tiempo estos irían
mutando, especialmente si recaían en una línea de mujer donde algunas veces se
acababan feminizando, siendo frecuente leer en la documentación de la época
reseñas, como por ejemplo la de María Roja (por ser hija de un fulanito Rojo),
sin olvidar sus variantes “la Roja”, “de la Roxa” o “de la Rosa”.
El caso de este linaje nos
interesa bastante, puesto que desempeñó una política matrimonial orientada a la
promoción de alianzas con otros miembros de las principales casas de labradores
que veremos en la localidad. Nadie discutía que esta familia en La Peraleja
gozaba de cierta entidad, pues sus estrategias conyugales con miembros de la
nobleza local como los González-Breto, o los acaudalados Jarabo, fueron una operación
repetitiva con el trascurso de los siglos.
Leyendo los volúmenes más
antiguos del Archivo Municipal de Huete, podemos ver en los libros
protocolarios de La Peraleja referencias de interés, como sucede con el
testamento de Martín Rojo -el viejo-, quien en 1592 mandaba enterrarse en la
sepultura de su hermana Juliana Rojo, y que nosotros creemos identificar con la
misma persona de idéntico nombre y apellido que aparece figurando como esposa
del noble peralejero don Juan Daza. Recordemos que esta familia integraba las
filas de los privilegiados linaje de hidalgos optenses, consiguiendo sacar
ejecutoria en este asentamiento por aquellas fechas.
Martín siguiendo con la práctica
que desempeñará la familia, había casado con Ana de Hernán-Saiz, mencionando a
algunos de sus hijos y a quienes hará entrega de varias tierras, sin olvidar a
su sobrina Ana Daza, hija de don Juan Daza, y que recibirá un arca. Durante el
mismo año se registra otro testamento de un Juan Rojo -el viejo-, y que también
invoca como lugar de enterramiento la sepultura de su hermana Juliana. En esta
ocasión se nos detalla un poco más de información, al indicarse que la zona de reposo
se ubicaba en la nave de la Iglesia de San Miguel. Juan era esposo de Catalina
del Olmo, y su hijo Martín Rojo sería el elegido para llevarse una mayor
cantidad de fincas que el resto de sus hermanos.
Entre las figuras destacadas que
portaron este apellido hemos de destacar a Juan Jarabo Rojo, quien falleció en
1679 con pago de 500 misas. Éste era esposo de Isabel Benito Domínguez con la
que casó en 1640, siendo hijo de Pedro Jarabo y Catalina Rojo. Además de las
líneas aquí citadas, otras casas de labradores como los Vicente o los Muñoz entroncarían
con ellos a través de las sucesivas generaciones que se quedarían habitando en el
municipio.
Como curiosidad hemos de citar la
figura de María Rojo Rubio, vecina de Bonilla fallecida a finales del siglo
XVI, y creadora de un importante vínculo que recaerá en la línea descendiente
de su rama materna, residente en Saceda del Río. Se trataba de una fundación en
la que se detallan una amplia cantidad de bienes, y cuyos legajos encontramos
en el fondo del Archivo Eclesiástico de Huete. De acorde a nuestras
investigaciones genealógicas mediante datos de la familia (pues buena parte de
los registros parroquiales de Bonilla fueron arrasados durante la última guerra),
María era hija de Alonso Rojo y Juliana Rubio, así como nieta por el costado
paterno de Pedro Rojo y Teresa de la Fuente.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
* Archivo Gómez de Mora. Apuntes
de la genealogía familiar. Inédito
* Archivo Municipal de Huete.
Protocolos de La Peraleja. Tomo I