Otra de las obras de carácter
militar, y que se alzaron en tiempos de la conquista cristiana en el área de
esta localidad conquense, es una torre singular, sobre la que quedan muchos
interrogantes por responder. Manuel de Parada indica que fue comprada a Teresa
Fajardo por Alonso Álvarez de Toledo en los años veinte del siglo XV.
Por aquella fecha, esta familia
de sangre judía toledana, comenzó adquirir diferentes bienes patrimoniales, que
le valdrían para consolidar la aceptable imagen del rico noble, con
disponibilidad de recursos, que tan bien lograba afianzar la posición de
aquellos linajes, que llevaban instalados escaso tiempo en un lugar, o que
arrastraban cualquier tipo de tacha relacionada con la conversión religiosa. Al
respecto, Manuel de Parada (2014) añade que Alonso Álvarez de Toledo (Contador
Mayor de Castilla y Escribano de Cámara del Rey), compró “dos poblados de escasa vecindad bajo señorío territorial en coto
cerrado de 1.172 y 496 hectáreas en 1432 a Juan de Salazar, hijo Pedro ¿Frco?
García de Salazar, y en 1426 a Teresa Fajardo, hija de Alonso Yañez Fajardo y
mujer de Iñigo López de Mendoza, hijo de Pedro González de Mendoza”.
En la obra sobre los castillos de
Cuenca, el edificio se define como “una
torre cuadrada cuyos cuatro lados miden 9,30 metros. El grosor de sus lienzos
en la parte baja es de 1,90 metros, y la luz interior en la planta baja de 5,50
x 5,50 metros y de 5,64 en la planta superior. La altura media de sus cuatro
lienzos es de 12 metros, aunque en alguno quedan restos por encima de esta
cota. Tiene buenos sillarejos y piedra labrada en sus esquinas y en los
enmarques de puertas y ventanas así como en su formidable escalera de acceso”
(Salas coord., 2019, 195).
Alonso fue recaudador de las
alcabalas y alcalde mayor de la Casa de la moneda, además de otros tantos
cargos de alto nivel como Regidor de Toledo antes de 1433, escribano mayor de
las rentas del obispado de Cartagena desde 1431, escribano de rentas de
Almansa, tenedor de los Reales Sellos a partir de
1445 y escribano mayor de Cámara en 1456. Desde sus inicios, su proyección
meteórica se consolidó por la fidelidad ofrecida al infante don Fernando,
ganándose así su confianza.
Torre del calabozo. Imagen: mapio.net
Algunos autores como
Cooper creen que la obra se alzaría en tiempos de don Juan Manuel, no obstante,
presenta diferentes características que dificultan una datación tan precisa.
Pues como decíamos al inicio, es importante tenerla como una construcción
antigua, probablemente relacionada con los tiempos de la conquista. “En la primera planta, los lados noroeste y
suroeste tienen sendas ventanas de piedra de sillería con arco de medio punto,
la del noroeste mide 1,23 metros de anchura y tiene en sus alfeizares dos
asientos de una sola pieza a 57 centímetros del suelo. La del suroeste es diez
centímetros más ancha y de similares características. El grosor de los lienzos
en este piso es de 1,83 metros, disminuyendo en 7 centímetros con respecto a la
planta baja” (Salas coord., 2019, 195).
Nadie ponía en tela
de juicio que Alonso era una persona apta para ejercer cualquier cargo que se
propusiera. Y es que la familiaridad depositada por los monarcas en su persona
era algo indiscutible, pues Juan II ya le ordenó la defensa de la fortaleza de
Alcaraz, además de participar en negociaciones claves, como la liberación de
éste cuando fue secuestrado. Aquella relación tan estrecha con la casa real,
explicará los diferentes reconocimientos con los que el monarca le agasajará, entre
los que entraría su nombramiento como caballero y la adquisición del escudo de
armas que podría emplear su familia.
Obviamente la mejora de la imagen en
un linaje recién llegado, se convertía casi en un ejercicio obligado, que debía
ser recompensado con muestras de fidelidad, que despejaran toda sospecha de su
anterior pasado religioso, por ello siguiendo la senda de las políticas de
blanqueo genealógico, Alonso ejerció como un importante benefactor al fundar
dos capellanías. Como buen hombre cultivado por la cultura que arrastraba de
sus antepasados, otro de sus logros se despertaba en las inquietudes que tenía en
el campo de la escritura, especialmente en lo que concibe al género poético.
La familia se expandirá de forma
prolífica. Pues dejaría dos líneas diferentes, tras haber celebrado nupcias al
enviudar de su primera mujer. De las mismas nacerán regidores que representarán
la ciudad de Cuenca, junto tesoreros, consejeros y Obispos. La concentración de
tanto patrimonio, en los que aquella torre era sólo un elemento más, le
permitió aglutinar todos sus bienes en dos mayorazgos, uno de los cuales
recaerá sobre su hijo Juan. Alonso moriría en 1457, mandando ser enterrado en el monasterio de San
Bernardo de Toledo.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
* Parada (de) y Luca de Tena,
Manuel. Sin fecha. Bibliografía sobre la noble y leal ciudad de Huete.
* Parada (de) y Luca de Tena,
Manuel (2014). “El contador mayor Álvarez
de Toledo y el condado de Cervera en Cuenca. Un linaje converso de judíos
ennoblecidos por privilegio”. Real Academia Matritense de Heráldica y
Genealogía.
* Salas Parrilla,
Miguel -coord.- (2019). Cuenca, castillos y fortalezas. Autores: Miguel Salas
Parrilla, Rafael Moreno García, José Luis Rodríguez Zapata, José Antonio
Almonacid Clavería, Michel Muñoz García, Miguel Ángel Valero Tévar, Santiago
David Domínguez-Solera, Marino Poves Jiménez, José Ramón Ruiz Checa, David
Gallego Valle, Juan Ramón Arcos Conde, Jaime García-Carpintero López-Mota,
Miguel Romero Sáiz, Agrimiro Sáiz Ordoño, Miguel Ruiz Bricio, Jorge Jiménez
Esteban, Miguel A. Castillo Sepúlveda, 576 pp.