lunes, 4 de mayo de 2020

El castillo de Santiaguillo de la Torre y la familia Castillo

En una zona estratégica de la llanura conquense, junto a las inmediaciones del río Záncara, se alzan los restos de una estructura fortificada, premeditadamente estudiada por hallarse en un espacio donde convergen los caminos que conectan las localidades de Las Pedroñeras, Belmonte, El Provencio y San Clemente. Sobre ese entorno se levantó una torre con una altura cercana a los veinte metros, junto a la que se irían adosando diferentes elementos constructivos, que finalmente consolidarían uno de los puestos mejor fortificados a la redonda.

La idea de este edificio se la debemos al acomodado Pedro González del Castillo, propietario influyente, con disposición de recursos, y un pasado converso, que siguiendo con la política tan habitual de la época, aprovechará la adquisición de nuevos dominios, para insertarse en una sociedad donde cada vez iban pesando más las creencias religiosas de los antepasados. Don Pedro se consolidó como el señor de este emplazamiento, junto al de Santa María del Campo. Al respecto, como ya ha venido indicando el historiador Ignacio de la Rosa, “Santiago el Quebrado era propiedad de Rodrigo Rodríguez de Avilés, el antecesor de la línea bastarda de los Pacheco, que consolidó su poder en el señorío de Minaya. Preso de los moros tuvo que pagar un alto rescate, que le obligaría a vender en 1428 su heredad de Santiago el Quebrado al doctor Pedro González del Castillo. Especial querencia debía tener el doctor a este lugar pues aquí lo dispuso como primer lugar para que se le enterrara y aquí mando construir el castillo que hoy se nos conserva” (De la Rosa, 2016).

Imagen del complejo defensivo de Santiaguillo (wikimedia.org)

Poco o casi nada sabemos sobre que aspecto ofrecía este entramado defensivo durante su etapa más primaria. Recientes investigaciones han planteado la presencia de una torre del homenaje, que funcionaría como un elemento aislado, por iniciativa del Doctor Pedro González del Castillo. “En 1443, don Pedro fundó mayorazgo con las villas independientes de Santa María del Campo Rus y de Santiago de la Torre, las heredades de Las Pedroñeras y del Robledillo, una casa en Castillo de Garcimuñoz y otras posesiones en Salamanca” (Salas coord., 2019, 26).

Mientras tanto, el hermano del Doctor, Hernán González del Castillo mandaba alzar la torre vieja de San Clemente. De este modo la línea de los Castillo dejaba huella en un marco geográfico donde se vislumbraban unos planes de futuro que aparentemente pretenderían expandir sus dominios en la región. Probablemente el atractivo radicaba en los molinos dispuestos en el área fluvial que comprendía el territorio dibujado por el curso del Záncara, en paralelo hacia el este con el río de Santa María del Campo Rus.

Sobre la fecha de construcción de la referida torre, se cree que ésta pudo edificarse entre 1428-1436, a pesar de que algunos autores han señalado una antigüedad más extensa, que la situaría en el siglo XIII. Sobre la técnica aplicada, observamos como la obra se consolidó con “mampostería concertada, reservando la sillería fina escuadrada para aperturas y esquinas. Originalmente disponía de hasta tres plantas y un sótano en el que había un calabozo, pues sabemos que estuvo allí estuvo preso un tal Miguel García en el año 1566. El acceso al mismo se realizaba desde la parte superior mediante una soga” (Salas coord., 2019, 26).

Estudio estratigráfico en color de los cubos y el lienzo este de la cortina de Santiago de la Torre; Verde: Fase I (S. XV), Fase II; Azul (S. XV), Fase III (S. XV-XVI), Naranja: Fase IV (Finales del S. XVI-XVIII), Amarillo: Fase V (S. XIX-1960), Magenta: Fase VI (1960-2011), Gris: Fase VII (1960-2011), (Salas coord., 2019, 426).


Después del doctor, el lugar estuvo controlado por don Juan del Castillo Portocarrero, seguido de don Bernardino del Castillo y Portocarrero. Trascurridos los años, y dentro de la centuria siguiente, se entrará en un punto de inflexión, que alterará la trama constructiva, alejándose bastante de la idea con la que en origen se concibió.


David Gómez de Mora


Bibliografía:

* (de la) Rosa Ferrer, Ignacio (2016). “Los Castillo o el malogrado intento de reducir San Clemente a jurisdicción señorial (I)”. En: historiadelcorregimientodesanclemente.blogspot.com

* Salas Parrilla, Miguel -coord.- (2019). Cuenca, castillos y fortalezas. Autores: Miguel Salas Parrilla, Rafael Moreno García, José Luis Rodríguez Zapata, José Antonio Almonacid Clavería, Michel Muñoz García, Miguel Ángel Valero Tévar, Santiago David Domínguez-Solera, Marino Poves Jiménez, José Ramón Ruiz Checa, David Gallego Valle, Juan Ramón Arcos Conde, Jaime García-Carpintero López-Mota, Miguel Romero Sáiz, Agrimiro Sáiz Ordoño, Miguel Ruiz Bricio, Jorge Jiménez Esteban, Miguel A. Castillo Sepúlveda, 576 pp.

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).